Doctor Divago, toda una institución en la escena rockera valenciana, siguen empecinados en mantener su longeva carrera. Tras las bodas de plata celebradas en 2015, regresan con un nuevo disco donde se mantienen todos los parámetros que han hecho a los Divago una de las bandas más respetadas a nivel underground: variedad musical, originalidad y unas letras que se elevan por encima de la media.
Para hablar de su nuevo trabajo, nos pusimos en contacto con Manolo Bertrán, compositor de los temas de la banda. Uno de los componentes que están ahí desde el primer momento.
Complejo Alquería Frailes 13 esconde debajo de su curioso título otro ejercicio de clase de la banda valenciana. Otra muesca en su revólver inagotable, donde conviven temas tradicionales del imaginario Divago con alguna que otra novedad. El nivel instrumental, como siempre, de categoría. Esperamos con ganas que puedan montar una gira nacional para presentar su trabajo, en directo son una banda muy competente y experimentada.
Puedes escuchar el nuevo disco aquí.
La primera pregunta es casi obligada, ¿Cuál es el secreto para seguir en activo después de más de 25 años?
Siempre respondo lo mismo y creo que no estoy desencaminado: no hacer planes, más allá de los inmediatos. Por otra parte, claro está, la cabezonería que nos ha llevado a resistir contra viento y marea. Estamos convencidos de que nuestras canciones y nuestro trabajo merecen la pena. Sí, ya sé, somos unos enfermos…
La formación actual ya es, de largo, la más longeva de la banda. Daniel Cardona vuelve a producir. Supongo que una de las claves de vuestra longevidad es el haber formado un equipo estable.
Sí, desde luego. Somos un equipo bien avenido que trabaja a gusto y que cree en lo que hace. Podríamos habernos cambiado el nombre hace ya años y haber intentado otra aventura a ver si nos iba un poco mejor, pero hemos preferido seguir bajo la misma marca, intentando hacerla crecer.
El título, Complejo Alquería Frailes 13, es todo un homenaje a vuestro local de ensayo. Un local en el que habéis estado toda la vida. ¿Una reivindicación de los garajes donde se van cociendo las canciones de muchas bandas?
Bueno, en este caso era un homenaje muy concreto (es la dirección de nuestro local de ensayo), a un lugar en el que aterrizamos hace casi 30 años y en el que seguimos trabajando. Es un caso insólito, ya que los grupos suelen cambiar con frecuencia. Por otro lado, el título tiene su miga, si la dirección hubiera sido, por ejemplo, C/ Archiduque Carlos, 21, no creo que lo hubiéramos titulado así.
Por cierto, aunque esté claro que vosotros no lo necesitáis ¿cómo está el tema de locales en Valencia? ¿hay algún apoyo institucional para las bandas?
No, ninguno. Ni apoyo ni atención. El rock y el pop que se hace en Valencia es absolutamente desconocido para la inmensa mayoría de la gente que vive en esta ciudad. Naves de locales de ensayo con condiciones de seguridad, etc., hay unas cuantas, aunque no exactamente en Valencia, sobre todo están en Alboraya, que es otro municipio que está muy cerca.
Siempre he visto cierto deje en las voces de artistas valencianos, una cierta tradición mediterránea. Por decir algunos nombres, Nino Bravo, Julio Bustamante, Casañ, tú. Con todas vuestras diferencias, encuentro una continuidad, una luz especial. ¿Qué opinas sobre el tema?
Pues supongo que eso se ve mejor desde fuera. La verdad es que todos los que citas somos bastante dispares, pero alguna característica en común debemos de tener. Quizá sea el acento o que esta parte del Mediterráneo da un colorido especial a las voces, o que lo impregna todo sencillamente.
Volviendo al nuevo disco, está claro que Aún queda vino abre el disco como toda una declaración de principios, de destacar que sigue habiendo ilusión y ganas de dar batalla, ¿me equivoco?
Sí, claro. Pensé que me gustaría cantar esa frase, inmediatamente lo relacioné con esa declaración de principios que citas, se le hizo un arreglo enérgico y vitalista y acabó abriendo el disco. Una apertura en plan “prepárate para lo que viene”
Por cierto, ¿nos recomiendas algún vino en especial?
No, que no nos esponsorizan…
Y, cerrando el disco, otro tema recurrente en tus trabajos, el mundo del boxeo, del que siempre has sido muy aficionado. Un mundo maltratado, que cada vez tiene más de espectáculo y menos de épica. Supongo que añoras, como todos, los buenos tiempos, cuando historias como las de el combate que narras copaban las primeras páginas de la prensa mundial.
Bueno, el boxeo es un gran desconocido en realidad, la gente tiene una visión muy distorsionada de lo que es este deporte. Creen que se trata de una especie de lucha sin reglas o que los combates son como los que ven en las películas de “Rocky”. Cuando asisten a una velada se asombran de que el árbitro detenga el combate cuando uno de los dos está lastimado o te comentan que no hay tantos golpes claros ni tanta sangre como en las películas. Por otra parte, entre la gente joven observo que llama más la atención la MMA con toda su parafernalia que, dicho sea de paso, a mí no me gusta nada.
En alguna frase del disco creo ver un poco la huella de tu reciente paternidad. ¿Me equivoco? ¿Ha cambiado de alguna manera tu manera de ver las cosas?
Hombre, una experiencia y una responsabilidad así necesariamente te hace plantearte muchas cosas. Y es inevitable que eso se cuele en alguno de los versos del disco. Pero sigo siendo el mismo.
Parafraseando una de las mejores citas del disco, ¿Podemos convertir la vida en estribillo, o tenemos que conformarnos con vivir una estrofa detrás de otra?
Sería muy difícil, pero bueno… pensemos que hay estrofas mejores que otras.
Siguiendo con esa misma canción, ¿cuál es la importancia de los bares en tu imaginario particular?
Pues no los tengo contabilizados, pero he hablado de bares en unas cuantas canciones. En mi caso he pasado muchas horas en bares, bebiendo, charlando con amigos, descubriendo música que no conocía, aprendiendo cosas, conociendo gente y, también, haciendo el tonto y perdiendo el tiempo, claro. Se han ganado a pulso un lugar destacado en ese imaginario.
Hemos seguido la grabación del disco a través de píldoras documentales “off the record” grabadas por Rubén Soler, muy interesantes a la hora de seguir la génesis del trabajo. ¿Cómo surgió la idea?
Fue idea de Rubén, que ya había dirigido nuestro documental 25 aniversario. Cuando se enteró de que andábamos preparando material nuevo quiso documentarlo, con la idea de meterse con sus cámaras en nuestro ensayo y después en el estudio, para grabar material crudo, lo que sucedía sin mayor preparación. El resultado fue una serie de 5 minidocumentales (composición casera, ensayos, grabación de maquetas, grabación y mezcla del disco) que luego se resumieron en el clip de “Al cuarto día”.
Lleváis un tiempo autoeditando vuestros trabajos, ¿compensa el trabajo de más con la posibilidad de poder tener el control de todas las decisiones?
Bonavena Música lo llevamos a medias mi amigo Raúl Tamarit, de Los Radiadores, y yo. Lo montamos para editar los trabajos de nuestros grupos, hartos de dar tumbos por discográficas que no podían hacer casi nada por nosotros. Aparte de sacar los discos nos encargamos también de la promoción, etc. Molaría tener más alcance, ya que para nosotros es una gran inversión y mucho esfuerzo, es desesperante a ratos, pero desde luego tienes todo el control. Por lo menos tienes constancia de que si no te ponen en tal programa de radio no es porque no les haya llegado el disco, ni tienes que estar esperando siglos a que alguien lo envíe.
Teniendo en cuenta que eres uno de los músicos que más cuidan sus letras, ¿sentiste como un triunfo de tu oficio el que concedieran el Nobel de literatura a Dylan?
Digamos que me pareció bien que le dieran el Nobel a Dylan, aunque creo que su figura está por encima de cualquier premio incluido este. Y que me aburrió la polémica entre partidarios y detractores que se originó a raíz de ello. Respecto a lo del triunfo para el oficio a mí nivel no se ha notado nada.
Después de una carrera tan larga, ¿Hay algún momento especial con el que te quedarías?
El momento actual es como un milagro, así que nos vamos a quedar con éste.
¿Tienes alguna canción o canciones favoritas en tu carrera o que creas que podrían definir mejor el espíritu de Doctor Divago?
Fue una lástima que “En otra vida” se quedara fuera de nuestro disco recopilatorio de 2015, que conmemoraba nuestros 25 años sobre los escenarios, pero hubo que sacrificarla para compensar mejor las diferentes épocas. Por lo demás, las que figuran en ese disco son las más representativas de ese espíritu, y se encuentran muchas de mis favoritas personales.
¿Con qué músico, vivo o muerto, te gustaría compartir escenario?
No soy especialmente mitómano ni suelo tener ese tipo de sueños. Pero he colaborado con un pionero del rock’n’roll español como Víctor Ortiz de Los Huracanes y Los Pantalones Azules (e incluso cantó una canción mía). Compartí una vez escenario con Burning, cuando todavía vivía Pepe Risi, creo que con eso ya tengo suficiente.
¿Tiene futuro el rock o crees que las nuevas generaciones están definitivamente olvidando esta cultura?
No creo que tenga demasiado futuro, al menos como música de vanguardia con la que la juventud se pueda identificar (ya canté sobre el “Rock’n’roll coagulado” en nuestro disco de 2010). Está claro que el género entró en vía muerta hace mucho tiempo y que sobrevive a base de la revisión o como mucho del reciclaje. No es demasiado estimulante de cara al futuro, aunque muchos hayamos encontrado el alimento para el espíritu en esta música y ya no nos vayamos a desenganchar. Yo, a estas alturas, lo único que espero escuchar buenas canciones, que por otra parte es lo más difícil de hacer.
Doctor Divago presentáis el disco en Valencia el 2 de marzo. ¿Tendremos la oportunidad de veros girando por otros lugares de la península?
En ello estamos, planificando otras fechas en la provincia de Valencia, Castellón, Madrid… Es muy complicado para nosotros salir sin que nos cueste dinero. La mayoría de salas se alquilan, hay muchos gastos y no salen los números. Pero si hay alguna sala o alguien en concreto interesado en que toquemos en su pueblo o ciudad, todo es hablarlo.