Magec + Telepathy, Lone Star Tenerife 2/2/2018
Fue una noche mágica, porque reinaba el buen rollo, porque estábamos en familia. Porque Mariano y su Lone Star cada vez son más entrañables.
Es el típico sitio que a veces no valoras pero que cuando te falte sentirás su vacío, y lo mitificaremos hasta la extenuación.
Es un oasis en Tenerife. Y llena de buenos recuerdos nuestra memoria emotiva y musical.
¡Larga vida al Lone Star!
Abrió la noche Magec, con su Doom tradicional y unos pesados riffs que me trasladaron inmediatamente a los años 90.
No es exactamente el estilo que más me gusta, pero obviamente siempre aprecio la variedad.
Acoplados y sostenidos por la profunda voz de su vocalista fueron in crescendo en un agradable y cordial ambiente.
Mola un aporte diferente en la isla, y un gran trabajo de Luis de Sousa, acoplando bajo y guitarras, y letras personales que intuyo reflejan emociones y sentimientos isleños.
Tener una banda así era algo muy necesario en una isla donde había que coger un avión para escuchar este tipo de texturas.
La voz de Néstor Sanfiel se erige en protagonista por encima de las individualidades lo que es un dardo envenenado, porque su peculiaridad gutural puede causar diferentes sensaciones para bien o para mal.
Jonathan agiliza los ritmos a la batería y a la vez le da una interesante dureza.
Estaremos atentos a sus próximos pasos, la presentación esta echa de forma correcta, ahora toca juzgar su evolución.
Después escuchar a Telepathy fue intenso y refrescante.
Los ingleses utilizan elementos de post rock, doom, llegando al metal y consiguen que te sumerjas en sus composiciones, transmiten bastante bien emociones sin acompañamiento vocal.
El ritmo y la armonía consiguieron que me involucrase de forma hipnótica en su propuesta. Presentaban su disco conceptual “Tempest” y estos jóvenes seguro que no van a pasar desapercibidos.
Son exuberantes, pero logran que la cosa fluya sin llegar a la sobrecarga.
Escuchas “Smoke from distant fires” donde se mezclan de manera dinámica pasajes melódicos con otros totalmente abruptos pero el ensamblaje está perfectamente conseguido.
Es todo muy melancólico, donde cada espasmo repentino o riff, está bien colocado.
Son un viaje atmosférico, aunque es verdad que en algún momento tu mente divaga, lo que significa que ciertas partes pululan como algo efímero, pero se subsana por el valor grupal del conjunto.
Solo hay voces en “Echo of Souls”, y los aullidos angustiados de James hacen que te preguntes como sería el grupo con vocalista.
Su concierto fue furioso, una mezcla de muchos estilos de metal muy bien ensamblados, evocándonos a parajes extraños y muy atractivos.
Estos jóvenes amables y cercanos, estuvieron convincentes y no es fácil lograr tal comunicación sin palabras.
