Los Sonics pasean su leyenda con dignidad en la sala Joy

Pues sí: los Sonics estuvieron en Madrid y agotaron las entradas de la Joy. Quien más quien menos, ya hemos tenido oportunidad de ver a la mítica banda en la última década. Que la banda se mantenga con alfileres no es ningún obstáculo para seguir moviendo un gran núcleo de fans. Son una institución, un nombre básico en la historia, pero la realidad es que, viendo la formación clásica de la banda, sólo Rob Lind se puede considerar un miembro de pleno derecho. Un señor que tras su jubilación como piloto de American Airlines es feliz llevando el espíritu sónico alrededor del mundo.

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Llegamos justo a tiempo de disfrutar a ver los napolitanos The Devils. Jolie Gianni Vessella, guitarra y Erica Toraldo,  batería; son otra banda crecida al amparo de Jim Diamond . Nos dan una buena tunda con sus guitarrazos fuzz y sus melodías que son una actualización del psychobilly. Vestidos de cuero de los pies a la cabeza y con una actitud irreverente a prueba de bombas, ayudan a calentar el ambiente de la sala a la espera de recibir a las estrellas de la noche.

The Devils Madrid 2018

Salen los Sonics ante un público que está ganado de antemano. Sabemos a lo que hemos venido y, más que nadie, la propia banda. La formación actual de la banda es la siguiente: el saxofonista Rob Lind, Freddie Dennis  al bajo, Dusty Watson, batería con currículum interminable, Jake Cavaliere de los Lords of Altamont a los teclados y el guitarrista de los Boss Martians Evan Foster. De su último y más que digno trabajo, se han caído dos miembros originales y se nota en la actitud de la banda. Entre tema y tema, los miembros postizos dan varios pasos atrás y dejan todo el escenario (iluminación incluída) para que Rob Lind pueda tener su momento de gloria.

The Sonics Madrid 2018.

Suena el riff de Cinderella y lo primero que salta a la vista es que toda la sala ha venido a vivir una fiesta. El sonido es alborotado y confuso, y tardará unas cuantas canciones en definirse de manera adecuada. La voz del cantante, aunque se pueda disculpar por aquello de ser garagero, tampoco contribuye precisamente a elevar las canciones, sino más bien a lo contrario. El repertorio que suena es muy parecido al  de su anterior visita, destacando las sorpresas del clásico de Eddie Cochran C’mon Everybody o el momento de gloria de Cavaliere versionando el Get in the Car de su banda madre. Y es que si una de las novedades más importantes de esta gira es que poco a poco los miembros de la banda se reparten las tareas vocales dependiendo de la naturaleza del tema a encarar.

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Como en toda su carrera, los covers ocupan una buena parte del repertorio. LucilleKeep a Knockin’, son las dos visitas a Little Richard, uno de los compositores que encajan mejor en el espíritu de la banda, permitiendo los clásicos duelos saxo-guitarra.  Louie Louie y Have Love, Will Travel de Richard Berry suenan con energía punk.  Money (That’s What I Want) de Barrett Strong cover llena la sala de electricidad y es alargado ante la apasionada respuesta del público. Cierran el concierto con Psycho, uno esos temas que deberían ser patrimonio de la humanidad, coreada al unísono por todo el público.

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Los temas guardados para los bises son, exactamente, los mismos que en la anterior visita. El homenaje a Ray Charles, revisando I Don’t Need No Doctor, cantada de manera urgente por el Evan. Con Strychnine llega el segundo momento de éxtasis colectiva. ¿Cómo diablos pudieron grabar algo así? ¡Y en una sola toma! Y ya, para cerrar, tras la despedida de Ron Lind, llega otro de los grandes himnos sónicos con The Witch, salvaje e inmortal. Tras el concierto, y a pesar de lo bien que nos lo hemos pasado, surge la duda. ¿Hemos visto a los Sonics o esta versión de la banda se acerca más a una banda tributo?

Texto por Javier Casamor. Fotos por Paula Rodríguez.

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The Sonics Madrid 2018

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