Este fin de semana actuó la banda madrileña Morgan en Sonidos Líquidos de la isla de Lanzarote. Fue el domingo 18 de marzo de 2018. Concluyeron con ese concierto la mini gira que dieron por las Islas Canarias durante la cual lanzaron su formidable nuevo disco «Air».
La jornada empezó temprano. En avión hacia Lanzarote desde Tenerife. 07:00 am. Algunas caras de sueño por un lado y de expectación por otro. Se retrasaron al embarcar. Apurando hasta el último minuto. Esta banda toca mucho -197 conciertos el año pasado- y viaja mucho. Gafas de sol, auriculares y miradas al suelo. Venían de actuar con un nuevo Sold Out en el Teatro Café Rayuela, de la mano de Isla Sonora y Girando Por Salas. Una experiencia íntima e irrepetible.
Lanzarote nos recibió de una manera especial. La aridez de su paisaje ha reaccionado con vehemente agradecimiento a las recientes y abundantes lluvias. Como dice un buen amigo, «todo verdito».
Festival Sonidos Líquidos
El festival Sonidos Líquidos se celebra en diferentes bodegas de la Isla de los Volcanes. Una experiencia multidisciplinar que aúna la música, la gastronomía y la enología. Una expresión cultural que trata de potenciar el enoturismo y hacer prevalecer las tradiciones. Este Sonidos Líquidos tiene mucho recorrido por delante. Y lo estamos siguiendo de cerca.
Esta vez fue el turno de Bodegas La Florida, en el municipio de San Bartolomé, tierra de batateros. Rodeados de volcanes y vides. Disfrutando de la naturaleza y de uno de sus hijos más célebres: el vino. Elaborado con los varietales tradicionales de Canarias -auténticos supervivientes de la historia- y, de nuevo, referente en el motor económico de las islas.
El concierto empezó alrededor de las 13:30. «Y con él la fiesta». Esta banda trasmite un amplio abanico de sensaciones. Sencillez, honestidad, precisión, fidelidad y mucha profesionalidad; quizás no es lo que un viejo rockero piense que encontrará. Quizás no sea rock lo que hacen. Pero es indudable que es un producto, un proyecto de una envergadura y calidad altísimas. Son de otra generación y son muy buenos.
Morgan
La dulce fragilidad de Nina, su aspecto y su voz, poco a poco se van convirtiendo en un sentimiento desgarrado que nunca deja de cabalgar en lo sutil, limpio y claro. A la vez, el sonido de la guitarra, versátil y elegante, aporta un cierto contrapunto más gamberro. El bajo no cesa y la batería mantiene la tensión. Los espacios, los silencios con una sincronización memorable, -se les nota que han tocado mucho- el tempo, la mecánica matemática de la ejecución precisa, no hacen otra cosa que llenarte. Y luego el piano y los teclados que te permiten descargar esa intensidad… Un eclecticismo sincero, sin dobleces.
Morgan te convence. Abre la puerta de su caravana, te subes y te dejas llevar a estados de emoción a los que no sueles acudir. Su armonía es como un paisaje, un olor o una sensación. No es más que una agradable y confortable sorpresa que nos emociona y nos sitúa frente a nosotros mismos.
Y eso fue lo que pasó en La Florida, exactamente eso.
Puede ser que Morgan represente la nueva manera de hacer aquello tan antiguo que llamamos Rock. O puede ser que ni siquiera lo hagan. Pero lo que quiera que sea, es bueno realmente; claro, sincero y hermoso. No precisa de actitudes impostadas.
El final
Al terminar el concierto hubo momentos para la charla y las risas. Firma de discos, fotos, comentarios y gratitud bidireccional. El público, satisfecho, se entregó y la banda, generosa, hizo lo propio. Descubrimos a una gente amable y atenta, generosa y sonriente.
La larga vuelta a casa, tras un paseo por la playa, nos permitió reflexionar sobre lo vivido. Conocer sobre lo que nos gusta nos hace mejores. Morgan nos gustó mucho. Hoy somos un poco mejores.
