Serie Lutieres del blues-rock (II): «Este oficio es como viajar en el tiempo»

Serie Lutieres del blues-rockJosé Antonio Piornos

José Antonio Piornos vive en Murcia, donde nació, y es un lutier de 36 años. Allí tiene un taller y esporádicamente visita Madrid debido a su acuerdo con Headbanger Rare Guitars, una tienda de guitarras vintage que se ha convertido en un imán de la madrileña calle de La Palma para músicos como Moses Rubin o Germán Salto.

Así fabrica Piornos una guitarra con un barril de bourbon:

Piornos tiene la maquinaria en Murcia y no sabe de dónde le viene la vocación. ”Por parte materna, mi abuelo y mis tíos fueron herreros toda la vida, quizá la parte artesanal me venga de ahí. Desde muy chico siempre he estado en el taller, con la maquinaria, la fragua, siempre ha sido algo muy natural, pero no la madera. Empecé a tocar la guitarra desde muy joven y en cierto momento se despertó en mí un interés por saber el motivo por el que ciertas partes de la guitarra estaban ahí. Me preguntaba para qué servían las pastillas, por qué ciertas medidas, y poco a poco fui aprendiendo. Probando, destrozando mi propia guitarra. Yo he sido el típico niño que desmontaba los juguetes y los volvía a montar. Ahora mismo sí que hay un auge de la lutería”.

José Antonio Piornos. Lutiers 2018

“Hay dos vertientes: los constructores de instrumentos modernos, donde pueda estar yo, que son guitarras eléctricas o acústicas, y los fabricantes de guitarra clásica y flamenca. Hay compañeros de gremio muy abiertos en ambos campos. Seguimos aprendiendo y aprenderemos siempre. Algunos lutieres clásicos, no todos ni mucho menos, pero sobre todo algunos profesionales asentados son a veces reacios a compartir ciertos secretos, no son proclives a abrir su taller. Suelen proceder de familias de varias generaciones de constructores”.

José Antonio Piornos. Lutiers 2018.8

“Empecé con 24 o 25 años a hacer trabajos para otra gente. Conseguí los conocimientos y empecé a atreverme con mi guitarra, con la de un amigo, con la del amigo de ese amigo… Al final fue creciendo. Me puse en serio y poco a poco dejó de ser hobby para mí. Fui autodidacta. Sigo aprendiendo. Miro un año atrás y veo cuánto he avanzado., y seguro que dentro de un año pensaré lo mismo. No hay monotonía en el aprendizaje. No hay final. Eso me atrae. Algunos lutieres jóvenes quieren llegar a la meta ya, pero yo creo que no hay meta, que lo importante es disfrutar el camino”.

José Antonio Piornos. Lutiers 2018.7

“La nueva hornada de lutieres hacen instrumentos de mejor calidad que lo que se puede comprar de forma convencional. Las grandes empresas han bajado mucho la calidad de la construcción. Se empieza a comprender que guitarras que antes se tiraban resulta que son de mayor calidad que las nuevas. Cuarenta años después queda claro que son mucho mejores que una china que has comprado este año. Pero no hay que confundirse. Que un instrumento sea antiguo no significa que sea bueno y que sea un instrumento nuevo no equivale a que sea malo. El instrumento tiene que entrar por los oídos y por las manos. No hay que cegarse por el hecho de que un instrumento proceda de los años sesenta. No hay que fijarse tanto en la etiqueta, en la marca, sino que hay que probarlos. Hay mucho debate en este oficio sobre la laca, el acabado, de cómo afecta al sonido. Hay gente reacia a ciertos acabados, pero lo mejor es olvidarse de etiquetas”.

José Antonio Piornos. Lutiers 2018.1

“Se ha pasado en unos años de una situación en que todo el mundo tenía una guitarra española en su casa a tenerla ahora eléctrica en su mayoría. Esa mentalidad de tener un instrumento se ha actualizado. Por lo menos, yo lo noto. Mi mercado abarca tanto a los aficionados a la música que ya llevan tiempo interesados por los instrumentos como los que se van sumando en estos tiempos y compran instrumentos que suelen ser de fabricación asiática”.

José Antonio Piornos. Lutiers 2018.2

¿Alguna joya que haya pasado por tu manos? “Me gustan todas, pero en esta tienda (calle de la Palma, 73, Malasaña) han pasado algunos modelos que me han llamado mucho la atención. Alguna de los años cuarenta, que me hace pensar en quien la hizo, muchos años antes de que yo naciera. Es como viajar en el tiempo. Te dicen de alguna manera por dónde han vivido, en qué escenarios han estado, tienen historia, algo que los instrumentos nuevos no tienen. En acústica, Martin es una marca de referencia. Gibson, también, pero no todas, hay que buscarlas. Es como Torres, en clásica. Otra referencia de primer orden son las guitarras Lowden, irlandesas, las de George Lowden, que es la que utiliza Damien Rice junto a una Martin. En la construcción siempre hay una parte de azar. Puede estar hecha con mucho mimo, pero luego cuando pones las cuerdas ya no suena tan bien como esperabas. Es un material vivo, ha crecido en unas condiciones determinadas y no suenan iguales aunque hayan seguido el mismo ritmo de trabajo. Pero todas las Lowden que he cogido no fallan, tienen identidad propia, son reconocibles. Las acústicas son artesanas. En eléctrica siempre están los buques insignia, Fender, Gibson. De Rickenbacker me gustan más los bajos que las de seis cuerdas. Los japoneses son grandes constructores, sobre todo en los años sesenta y setenta en acústicas o eléctricas, algo tienen. Trabajan muy bien la madera”.

José Antonio Piornos. Lutiers 2018.4

¿Qué es lo mejor y lo peor del oficio? “Lo peor es ser autónomo. Mi oficio es muy solitario, algo que es relajante, pero cuando algo sale mal, hay que dar mil vueltas, muchas horas y muchos días hasta resolver un problema, pero no consigo desconectar nunca. Lo peor es que cuando algo sale bien, tampoco tengo nadie con quien celebrarlo, en lo personal. Lo mejor es que estás muchas horas fabricando en el taller. Me llega un trozo de madera cuadrado, sin forma alguna, y lo que me gusta es el proceso, el final casi me da igual. Ir dando forma a algo es lo que más disfruto”.

Texto por Miguel López y fotos por Ana Hortelano.

 

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