Todavía con el buen sabor de boca de la noche anterior, con Danny And The Champions Of The World resonando en la cabeza, nos acercamos el viernes 9 de Marzo a la madrileña sala Secret Social Club. Un garito que no tiene su nombre en la puerta y que se encuentra en la plaza de Tirso de Molina, en los bajos del teatro Nuevo Apolo. En la trastienda de una mercería que atiende al cartel de «Medias Puri» (me parto!) y con el auto proclamado adjetivo de sala clandestina.
Seguramente la sala sea perfecta para el espectáculo de variedades y discoteca en el que se convierte cada noche. Pero desde luego que no es un local, en absoluto, adecuado para conciertos. El escenario se ubica encajado al final de la sala con un techo bajo que encapsula a los artistas y a su sonido. Desde ahí se pasa a una caja de techo más grande que alberga al respetable. Una pena, porque hay sitios de sobra en la capital para ubicar a los grandes artistas que traen con sobrado esfuerzo nuestros promotores.
Huercasa no pudo ver sobre el escenario al mayúsculo Will Hoge, pero Will es un tipo íntegro y comprometido que ante las lluvias del año pasado y la imposibilidad de tocar en el festival, se comprometió a volver a nuestro país este mismo año y con esta visita salda la cuenta como un grande. No contento con eso, la comodidad que mostró sobre el escenario fue espectacular. Una soltura impresionante que le llevó a dar uno de los mejores conciertos de su carrera, según constataba al día siguiente en las redes sociales. Este fue en concreto el texto que publicó en su cuenta de twitter: «Well Madrid, that was incredible. Definitely in my ‘Top 10 Shows I’ve Ever Played’ category. Y’all made the 4 of us feel pretty damned special. Muchas Gracias!»
Presentando su maravilloso último disco, ¿y cuál de los suyos no lo es?, «Anchors». Un trabajo que lo ancla a la más pura tradición de country moderno, aderezado con toques de Americana y consolidado de lleno y con maestría en el sonido Nashville del que Will es local, a pesar de haber nacido en Franklin, Tennessee. De su reciente obra nos deleitó en directo con: «The Reckoning», «(This Ain’t) An Original Sin», «Cold Night in Santa Fe», «Anchors» y «17», este último tema es una de esas joyas que Will tenía como descarte en el tintero. Un corte que grabó dedicado a su hijo y que no había visto la luz hasta ahora. Menos mal, Will, menos mal que no lo has dejado por ahí escondido en un cajón porque es una auténtica joya. En directo además alterna sus tiempos lentos con arranques rabiosos que lo dejan como una delicia absoluta.
Will nos presenta sus respetos como europeos y nos dice que ya la gustaría ver en su país la cultura y el trato que ha visto en nuestro continente durante la gira que le ha traído hasta Madrid. Hasta disculpas nos pide por el comportamiento de sus compatriotas. Ahí es nada el tipo, eh? Humano y humilde por los cuatro costados y con un talento que le coloca directamente, para esta redacción, entre los 5 mejores artistas del country contemporáneo. Con sus 10 obras a la espalda y cabalgando desde el 2000, no es precisamente un novato nuestro Will.
Su música respira el espíritu de la superbanda américana de country de todos los tiempos. Esos The Highwaymen. ¿Qué más hace falta escribir en esta crónica? Joder estamos hablando del santo grial americano: Nelson, Jennings, Cash, Kristofferson. Con eso dicho, si alguno de vosotros no sigue a Will o no ha escuchado al menos dos de sus discos, amigo, andas muy perdido. Date prisa en ponerte al día porque no puedes morir sin disfrutar de su arte.
Su mejor loncha, en opinión de un servidor, es The Wreckage, publicado en 2009 es toda una lección musical que se debería estudiar en las escuelas de música cuando se trate el género country y la raíz americana. Al igual que debería estudiarse el caso del colosal guitarrista que lleva Will. Un tipo que debería tener una carrera en solitario a juzgar por la pericia y estilo a las seis cuerdas. El gran Thom Donovan, que secunda a Will y que es garantía absoluta de calidad en cada show.
Entre el público, escondido para ver a Will mucho artista que aspira a lo que Will hace. Y que no se han querido perder la lección que Hoge imparte desde el fondo de su corazón, de modo humilde, pero efectivo y tremendamente maestro. Nuestra Nat Simons patria es una de esas artistas que decidió no perderse este show, por ejemplo.
Will es y será siempre un hombre del sur, tal y como reza su decomunal tema «Still a Southern Man» y eso se refleja en la música que hace. Un género que abraza ese sentimiento y que nos lleva de paseo por esas latitudes americanas y por su historia. Una historia de telégrafos, de construcción de ferrocarriles y de corceles galopando entre colinas con sus jinetes a pelo. Salud!
Texto: Javier Naranjo
Fotos y vídeo: Cristina Ortiz