Pensar en John Fogerty, Chris Isaak, The Cult, Thunder, The Hellacopters y Psychotica es sumergirse a tiempos donde, junto a los más grandes, los planetas parecían alinearse para dar lugar en simultáneo a la Santísima Trinidad del rocanrol.
Dos días, casi 40 actuaciones, tres nuevos escenarios, el nuevo espacio Trashville, el festival Azkena Rock se convirtió en un cuento cercano a “elige tu propia aventura”. Esta mística se volvió a personificar gracias a un fantástico festival llamado Azkena Rock Festival, en la hermosa Vitoria-Gasteiz, con el Trashville los días 23 y 24 de junio de 2017.
En cuanto a generalidades: mejora de la organización, un acierto lo de las pulseras, mejores servicios, menos colas en las barras, una nueva política a la hora de comunicar las fechas de la siguiente edición y un acierto lo del Trashville, aunque nos perdimos muchas de sus actuaciones, estuvo lleno casi todo el tiempo.
El Azkena Rock festival 2017 según datos oficiales tuvo 35.800 asistentes, 18.700 personas el primer día y 17.100 espectadores el segundo día, suponen un incremento de 5.000 espectadores con respecto a hace un año, cuando el evento se cerró con otra subida también de 5.000 espectadores teniendo como referencia los números de 2015. Es decir, que en estas dos ediciones en las que la promotora vasca Last Tour ha comenzado a definir el Azkena del futuro a través de distintos cambios se han ido sumando 10.000 azkeneros.
Con las montañas de un lado y de otro, nada detuvo la llegada de fanáticos desde distintos puntos del país. Llegamos al festival a tiempo de ver a los Godfathers. El público todavía estaba llegando al recinto, pero los que estábamos pudimos disfrutar de un buen set de clásicos de la banda. Peter Coyne parece un empleado de banca, pero mantiene la pegada en una banda en la que destaca el gran trabajo en las guitarras de Mauro Venegas. Cerraron, como no, con Birth, School, work, Death.
The Soulbreaker Company son una banda en pleno ascenso y lo demuestran en un concierto preciso en los que demuestran su dominio de los sonidos setenteros más cercanos a la psicodelia. Un show estructurado donde dejan espacio a los desarrollos instrumentales que tanto dominan.
The Shelters, la banda protegida de añorado Tom Petty, pelean con un sonido regular y un repertorio que posiblemente funcione mejor en la corta distancia. Tienen grandes canciones, pero todavía están un poco verdes. Según nos dijeron, el bolo dela noche anterior, en la fiesta presentación, fue mucho mejor.
King´s X fueron una de las sorpresas del primer día. En su debut en tierras españolas dieron toda una lección de virtuosismo. Un power trio que tuvo épocas mejores, pero que cuenta con un repertorio lleno de canciones infalibles, como Black Flag o Summerland.
Cheap Trick constituyeron una pequeña decepción en relación a su anterior actuación en el festival en 2011. Empezaron con un sonido muy saturado y aunque poco a poco va mejorando, se nota que los años no pasan en balde. De todas formas, todo un espectáculo poder disfrutar de una de las bandas más personales de la historia.
Es indudable que Rick Nielsen es inimitable, con su colección de guitarras, su lanzamiento masivo de púas, etc. El show va mejorando apoyado en un repertorio infalible, con un rush final compuesto de I want you to want me, Dream Police y Surrender, que nos deja con una sonrisa en la cara.
Graveyard presentaron un setlist demasiado lineal, con muchos medios tiempos, aunque interpretados con la clase que les caracteriza. Una confusión con los horarios y la necesidad de buscar un buen sitio para ver a John Fogerty hace que nos vayamos a medio concierto.
John Fogerty nos deja, como siempre, sin palabras. El mejor repertorio de la historia del rock americano interpretado por su creador, que además se acompaña con una banda donde destaca su hijo y, como no, el inigualable baterista Kenny Aronoff, todo un espectáculo.
Hellacopters arrasaron desde el primer minuto con un show espectacular. Sammi Yaffa es todo un seguro de vida y Dregen, a pesar de tener sus detractores, es puro RNR, pero el verdadero peso de la actuación lo lleva un Nick Royale que se deja la piel ante un público salvaje, que convierte las primeras filas en un pogo perpetuo durante la hora que dura su actuación.
El sábado, segunda jornada del Azkena Rock Festival 2017 lo abrieron por la tarde SCR, ante muy poco público (compartimos primera fila con el gran Wyoming y el Mariscal Romero), pero dando un gran concierto. Una banda muy a tener en cuenta.
Pat Capocci ya había actuado en la plaza de la Virgen Blanca, pero dada su calidad repetimos. Rock and roll clásico con toques de blues excelentemente ejecutado por un trío que, llegado de las Antípodas, no se puede creer el entusiasmo del público azkenero.
Bloodlights dan una lección de rock escandinavo. No bajan las revoluciones en ningún momento, con Captain Poon ejerciendo de líder en todo momento y escupiendo una tras otra esas piezas de hard punk rock marca de la casa, además de una estupenda versión del New rose de los Damned.
Inglorius aunque tuvieron algún contratiempo con el sonido los británicos supieron sobreponerse para destilar un hard rock preciosista revestido de influencias de las grandes bandas del género pero barnizado por un toque personal.
Psychotica presentaron en el Azkena el show más controvertido del festival. Con una base repleta de sonidos pregrabados, la banda ofrece un extraño espectáculo que ahuyenta a muchos espectadores, pero que personalmente me hipnotiza. La decadencia también tiene su encanto y el final con Liitle Prince constituyeron uno de los momentos más emocionantes del festival.
Loquillo triunfó poniendo a cantar a todo el mundo. Después de la controversia que hubo al verlo en el cartel, al final sin duda fue un acierto.
Michael Kiwanuka demuestra una gran clase y elegancia en su primera media hora pero, ay, los malditos horarios, presentimos que Thunder van a dar el concierto del festival así que nos vamos para el escenario pequeño. Y no nos equivocamos, vaya bolo. Con UCP nos marchamos a cenar.
Chris Isaak espectacular, junto a Fogerty, The Cult y Thunder lo mejor del Azkena Rock Festival 2017. La clase que tiene el tío. Fue como estar viéndolo en cualquier casino de las Vegas o en garito de Nashville.
Durante su actuación, Vitoria se convirtió en la ciudad de la música pero no solo de la música country y de raíces, sino de todos los tipos de música. Canciones hipnóticas, tóxicas y hermosas, y la voz susurrante que desde la garganta de Isaak nos trasladó su lamento. «El mundo ardía y nadie podría salvarme salvo tú. Es extraño lo que el deseo puede hacer a la gente estúpida».
Y The Cult, superando expectativas, dando un show demasiado corto en el que se dejan infinidad de clásicos, pero demostrando que es una de las grandes bandas de rock de la historia, más allá de etiquetas. Un colofón perfecto para el festival.
Nos vemos el año que viene.
Texto por Javier Casamor y Carlos Pérez Báez. Fotos por Esteban Campos y Koldo Orue. Vídeos por Javier Naranjo y Carlos Pérez Báez.