Noches de luna, lavanda y mucho más que blues: cuando Moratalaz fue violeta y azul. 22 de septiembre

Las dos noches del 1er Festival Internacional de Blues de Moratalaz (21 y 22 de septiembre) organizado por la @Moratalaz Blues Factory, abrieron nuestros sentidos no sólo a la música blues, soul, jazz, boogie, funk y rock, sino al aroma fresco de la flor de lavanda, la contemplación de una luna exultante sobre escenario, la sorpresa en los ojos de los niños del barrio, la amplitud del espacio del Parque de la Cuña Verde (¡verde!) y la panorámica de uno de los skyline más hermosos y privilegiados de Madrid. Más de 4000 personas estuvieron allí. Y todo eso GRATIS. La segunda tarde noche del festival el 22 de septiembre, el cartel prometía.

Comenzaron a calentar más de lo que estaba la tarde (climatológicamente hablando), los Del Toro Blues Band, con Danny del Toro a la cabeza.  Danny es un armonicista soberbio e interpretó piezas blueseras clásicas como John Henry o Spoonful que no olvidaremos. Y otra extraordinaria pieza para el recuerdo: Chitlins con carne y la muestra de que del blues proviene el jazz, el funk, el tumbao o el cubano…y ese recuerdo de Kenny Burrell, Steve Ray Vaughan o Santana en la guitarra que me voló la cabeza. Nos gustó mucho su actuación rodeado de Dani Herrero (saxo), Cope Gutiérrez (teclados), Víctor Sánchez (guitarra), Adrián Carrera (batería) y Pedrinho Maravilhoso (bajo). Mucha energía y oficio. Hay nivel en las próximas generaciones de bluesmen.

Y llegó la hora del auténtico bluesman con su Steel guitar: Watermelon Slim. A un  auténtico bluesman se le distingue, al menos, por tres cosas: canta con voz potente y versátil,  toca a punzadas la guitarra (en estas dos cosas se parecen a los guitarristas flamencos)  y además, soplan la armónica emulando la sonoridad del ferrocarril. Pero es que, por si fuera poco, en este caso pudimos contemplar a un bluesman que inventa sonidos a partir de objetos de lo más cotidianos. Lo demostró con sus baquetas para ajedrezar los trastes, una púa metálica para las cuerdas y el tubo de acero (¿o era un mechero?) para el slide. Watermelon Slim & The workers (bajo y batería) hicieron que aquello sonara a vías y vapor de tren, oliera a pantano del Delta y evocara la supervivencia de una raza, de un hombre y de todas las batallas perdidas en el siglo pasado (desde la Guerra Civil del Norte y Sur hasta Vietnam).

Nos quedaremos por siempre con la interpretación de Devil´s Cadillac, el slide y el desierto que nos hizo vislumbrar en mitad de la noche y Get out my life, woman, magia negra de Chicago sobre el escenario del auditorio de la Cuña Verde en Moratalaz. ¡Qué gran suerte ver a aquella leyenda viva del blues derrochando acordes con la historia americana de los últimos cien años!

Cerró el 1er Festival Internacional de Blues de Moratalaz y la noche, Alvin YoungBlood Hart (voz y guitarra) y la pareja formada por el bajista Fabio y el batería Silver, que son sus aliados italianos para la banda en las giras europeas. Vuelvo a reiterar que realmente cuando los músicos tienen esta altura, el trío funciona a la perfección. Y así fue.

Alvin es californiano, hijo de emigrantes de las plantaciones del Mississipi, y eso se nota en su estilo de Blues de raíz, su Country y su osadía en el Rock. Un negro al que no sonroja declararse admirador de blancuchos como Tom Petty y su I Don’t Wanna Fight, Bob Dylan y su maravillosa versión rockera de Just Like A Woman  o In my time of dying y esos arpegios del bajo y guitarra que no habíamos escuchado desde que Led Zeppelin o Hendrix reinaran en la cumbre del rock eléctrico. Debemos decir que Fabio (bajista) es absolutamente extraterrestre. ¿Cómo se puede tener la velocidad  del rayo para seguir las guitarras “juguete” de Alvin (nos referimos al tamaño del instrumento versus al del guitarrista) y otras, ser perseguido por él, sin resultar apresado? Y ni que decir tienen los ritmos de Silver a la batería: qué energía desde el dominio de la situación. Aplaudimos su actuación y este trío con mix europeo de Alvin que no olvidaremos y haremos por ver en futuras ocasiones.

Toda esta variedad es lo que vivimos los que allí estuvimos. Y pensamos que eso ha sido clave en el  éxito de esta Primer Festival Internacional de Blues de Moratalaz: abrir el blues y todos sus palos (jazz, soul, Boogie Woogie, rock) al barrio, a Moratalaz, a Madrid. A padres, madres, niños, jubilados, jóvenes. Hacerlo en un espacio natural, sin barreras y con esencias de lavanda y setos donde te pudieras mover con comodidad. Facilitar un lugar de encuentro de familia, amigos, colegas. Traer a músicos de calidad y primera línea internacional. Y poner a Moratalaz en el mapa del Blues y la música popular de alto nivel para que Memphis, Nueva Orleans, Chicago, Nueva York, Oakland o Detroit sepan dónde encontrarnos. Y dónde una vez probado, seguiremos escuchando a músicos únicos.

Crónica realizada por las Fujiyama girls. Texto por Maria Tortosa y dibujos por Cayetana Álvarez. Fotos por Ana Hortelano

Si quieres leer la crónica de la primera jornada del Primer Festival Internacional de Blues de Moratalaz, clica en éste párrafo.

Si quieres leer la crónica del Festival Internacional de Blues de Moratalaz escrita por Miguel López, clica en éste párrafo.

 

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