Anda muy ufano nuestro flamante alcalde en Valladolid, sacando pecho, con motivo de los conciertos que, sabiamente, han programado para disfrute de la ciudad a lo largo de esta semana de Ferias, orgulloso de la calidad de ellos y de la presencia de público….la calidad en alguno de ellos es más que discutible; presumir de un concierto bajo las siglas de O.T que ha reemplazado a cualquier grupo internacional, ante la imposibilidad de traer a cualquier banda a la ciudad, es tener o muy poca idea, querer esforzarse muy poco, o simplemente, que la clase política, sea del color que sea, tiene unas tragaderas y una capacidad de adaptarse y volver las cosas más que notables; (y al final, y en este caso es bien palpable, lo único que de verdad cuenta es el número de asistentes, del que estarán presumiendo lo que queda de legislatura….y si no al tiempo); ya puestos podría proponer la ciudad la candidatura de estos chicos al Nobel de Literatura, al fin y al cabo un tal Bob Dylan lo recibió hace unos años y las carreras de ambos, por descontado, no merecen comparación.
En la balanza positiva podemos señalar que la Plaza Mayor se convirtió el pasado día 2 de Septiembre de 2018 en el centro del movimiento Indie de este país, cual Sonorama o Festival veraniego, de esos que siembran el mapa de la nación durante los meses estivales; y no, no estamos hablando de Love of Lesbian, Vetusta Morla o los chicos de Izal, la banda de moda este verano….no, hablamos del padre de todo este movimiento, el linarense Raphael. Sobre el escenario brillo, aunque en esta ocasión. sus fans de barbas ralas y calzoncillos sobaqueros anduvieron algo ausentes, siendo reemplazados por los fieles seguidores y a los que sabiamente, presentado tres temas de su nuevo trabajo, les dedico el resto de temas clásicos de su cancionero; al fin y al cabo eran esos temas los que la gente quería escuchar y disfrutar.
La locura se desató, con una Plaza llena y en donde se tuvo que cortar el acceso por motivos de seguridad, gritos de RA-PHA-EL, RA-PHA-EL, RA-PHA-EL, sonaros y en pleno éxtasis prometió que mientras viva se acercara a la ciudad una vez al año….y eso ya fue el delirio. ‘Digan lo que digan’, ‘Mi gran noche’, ‘No puedo arrancarte de mí’, entre otras muchas sonaron para acabar reivindicando; «Yo sigo siendo aquel. El mismo. El Raphael de siempre».
Aunque no me voy a subir al carro y presumir de mi Raphelitis aguda, y que esa nominación como musa de un movimiento musical, en la practica no es más que un reclamo tanto para festivales como para él mismo como músico; nadie puede negar su trayectoria y la energía y las ganas que desprende a sus 75 años y aunque esto no le hace acto para postularse para ningún Nobel, por lo menos permite que el Sr. Alcalde pueda presumir, esta vez con algo de razón, de concierto; aunque tampoco es que sea una programación muy arriesgada e innovadora.
Raphael actuó el pasado día 2 de Septiembre de 2018 dentro de la programación de sus Ferias y Fiestas en la Plaza Mayor de Valladolid.
Texto y fotos por Chusmi10.