De camino al Festival de Blues de Cáceres los Travellin Brothers han realizado una parada en la capital del Pisuerga y nos han ofrecido una de las noches más notables, en el terreno musical, de las vividas en este 2018. Valladolid bullía de oferta este 5 de Octubre de 2018 y la cosa estaba difícil….por un lado La Pegatina con un lleno de 5.000 personas; el Tonal en el Lava y por el Café Teatro andaba Lichis presentando su aventura con Rubén Pozo, una programación llena de actividad y que hace difícil la elección para muchos.
Los Travellin´ Brothers no tienen pinta de estrellas del rock, más bien todo lo contrario, rezuman una imagen de currantes, de trabajadores de la música, y eso se manifiesta en sus trabajos, desde el inicial «A Blues Experience»(2004) al ultimo, editado recientemente «13th Avenue South«(2018), grabado en Nashville, cuna del country y de buena parte del sonido sureño estadounidense.
De este último cuentan en una entrevista que «Hay más trabajo de voces, estribillos, coros. Hemos ahondado mucho en ritmos y fórmulas que hasta ahora no habíamos hecho. Nos salimos de la zona de confort, con reminiscencias a los 50 y 70, con mucho soul, góspel y jazz-rock a lo Allman Brothers». Su música habla de cosas en las que creen «… de nuestros principios, pero sin moralismos.
De la fuerza todopoderosa del amor y la buena voluntad», añaden. Hace unos años fueron nombrados como la mejor banda de Blues de Europa (European Blues Challenge 2015 ) en Bruselas, y quedaron entre las ocho mejores del mundo (International Blues Challenge 2015) que se celebro en Memphis; pero a pesar de eso mantienen clara una filosofía que les lleva a disfruta y dar todo tanto en «una plaza de toros o en un club pequeño», y es que como ellos señalan «con que haya una persona de entre el público a la que le haya gustado, ya estamos felices».
En esta visita que les acercara a Cáceres para luego acabar en una gira de varios conciertos en China, hemos podido disfrutar de la formación estable; Mikel Azpiroz, teclados; Eneko Cañibano, bajo; Jon Careaga, voz; Aitor Cañibano, guitarra; Isi Redondo, batería y Alain Sancho al saxofón; pero venia con sorpresa, dos a falta de una, por un lado, mediado el concierto apareció sobre el escenario Ian Siegal, guitarra y voz; uno de los dos únicos artistas británicos con vida que han alcanzado el mayor reconocimiento, 4 estrellas, en la Guía Penguin del Blues, por delante de artistas de la talla de Eric Clapton, Paul Lamb o John Mayall, y que es miembro del British Blues Hall of Fame.
A ellos se sumo Ina Forsman, que con sus 23 o 24 años, Aitor no lo recordaba, cautivo, a un público, ya a esas alturas entregado y rendido, con su voz de la que dicen que es «enigmática, honesta, apasionada y peligrosa», y que desde la fría Finlandia subió la temperatura de una sala Porta Caeli que disfruto y bailo con estos bilbaínos que disfrutan y lo entregan todo tanto en «una plaza de toros o en un clubpequeño», como ya dije, y es que como ellos señalan «con que haya una persona de entre el público a la que le haya gustado, ya estamos felices».
Texto y fotos por Jesús Díez.