La realidad imposibilita en una urbe como la siempre Layetana ciudad, asistir a todos los eventos y espectáculos que ofrece, no obstante, precisamente por tratarse de una metrópoli con ínfulas culturales y, por qué no, preeminencia intelectual asombra que entre lunes y miércoles, algo menos los jueves pero poco, la noche se halle desierta. Las calles, lejos de encontrarse tomadas por sus habitantes como encontramos en otras capitales y pequeñas urbes muy alejadas de esas doctas vanidades, se encuentran yermas y baldías salvo, cayendo en el esfuerzo pedante de relatar con somnolencia la asistencia a algún acontecimiento “imperdible”, surcadas por tendenciosos usuarios de “Trending Topic” que poco les importa la calidad.
Y si, de melomanía hablamos, encontraremos que quienes acuden con la frase “Esto no me lo puedo perder” a la cita de clásicos imperecederos vanagloriándose de su extrema sabiduría e indiscutible gusto musical se olvidan, con satisfacción y alevosía, que esos que ahora son grandes y convertidos en inmortales, empezaron algún lunes, martes o miércoles tocando en alguna sala de música en directo apoyados por auténticos amantes de la buena música ávidos de descubrir nuevas bandas con la despreocupación de quien no necesita vanagloriarse de ello. De éstos últimos, unos pocos, el pasado día diecinueve de noviembre se acercaron a la Sala Rocksound de la siempre Layetana ciudad, para alentar y disfrutar de una banda proveniente de aquellas tierras del mítico Rey Arturo de la mano de “Dwaves Events” y “Maite Cardó Productions”, como parte de su gira hispánica presentando su primer larga duración, “Face to Face”, cuatro chavales que están llenando en el resto de ciudades de su segunda gira por éstas tierras, “Rainbreakers”.
Ben Edwards, voz principal y guitarra; Charlie Richards, guitarra solista; Peter “Pedro” Adams, bajo; y Sam Edwards, batería, ascendieron al escenario con el mismo ímpetu y ganas de encontrarse, como en el resto de la gira, con una sala cargada por el aliento y el calor corporal del público aglomerado frente al escenario, comenzando con el primero de los catorce temas que componían el setlist perteneciente al larga duración, “Face to Face”, que da nombre a ésta gira de presentación, “Need your Love”. Con el que pusieron en juego ese rock británico de finales de los sesenta y principio de los setenta actualizado al nuevo siglo con un enorme toque de soul y grandes brochazos de rhythm and blues, algo de pop, psicodelia y rock de garaje e, incluso, como en ése inicial tema pequeñas pinceladas de funky. Siempre con esos riffs y presencia de la sempiterna guitarra de Charlíe, la impresionante base rítmica que, como Charlie, redimido por su incuestionable y excelsa calidad se permite libertades a las seis cuerdas que subyugan y enloquecen al espectador. “Pedro” a las cuatro cuerdas preponderando el sonido de éstas con la misma índole que el solista, en un protagonismo que jamás abandona la bicéfala cadencia al estilo de aquellos reyes que tomaron Granada, junto a Sam, enarbolando de forma muy particular, e incluso anómala, las baquetas golpeando unos cueros igualmente con la autoría de una alta jalea y un linaje rayano al de Ben, rasgando las seis cuerdas y dando ese tono tan exclusivo y distinto a cada estrofa dependiendo del mensaje de éstas.
Continuaron con “Lay It On Me” el más bailable de los temas, “Get me Where She Wants”, “Lost With You” un blues con toques pop y soul que lleva hasta el tema que da nombre al larga duración y a la gira, “Face to Face”. Un conglomerado de todos los brochazos y pinceladas que supone el estilo de los “Rainbreakers” en un solo tema, una demostración de su carácter y su tesón, ese dar la cara, como pocos son capaces de hacer en una noche nefasta como aquella, sin apenas público pero enarbolando el estandarte del amor, no sólo a su música, sino a la música en general y, desde luego, a quienes sin vanaglorias ni pomposidades postnocturnas, acuden a disfrutar y apoyar bandas nuevas y, como ellos, con un gran bagaje en poco más de cuatro años que les ha llevado a ésta segunda gira por la piel de toro. “Honey Jar”, “On My Knees”, “Blood Not Brass”, “On My Own” y “Take It Or Leave It”, casi, ésta última, pensada para momentos como el que estaban, donde las cosas hay que tomarlas o dejarlas y, ellos, la tomaron con fuerza y crearon un pequeño halo dónde sus pocos y fieles espectadores se sintieron arropados y encantados con cada nota y cada letras del cuarteto. “Waiting On You/Moving On”, “Whem My Train pulls”, “Ain’t Nothing Going On” y “Heavy Soul” pusieron punto final a su actuación con la cerrada ovación de un público que pudo deleitarse, una vez descendieron del escenario, con la compañía de unos músicos que, con su “Face to Face” innegable frente a un gentío o unos pocos, mostraron el porqué de encontrarse en menos de cuatro años en mitad de su segunda gira peninsular.
Convirtiendo, por muchas y quizá, muy distintas razones, como inolvidable su cita en tan difícil plaza como es, para todas las formaciones musicales, la siempre Layetana ciudad. Exhibiendo el desparpajo de su carácter, mostrado en su música y en ellos mismos conversando con sus espectadores, sin preocuparse por el largo camino que les esperaba hasta llegar a las lejanas tierras conocidas por los fenicios como “Hisbaal”, a la sombra de la Torre del Oro, donde se encontraran con unos habitantes ávidos de buena música y, como quedará plasmado en las más que casi total venta de entradas, especialmente de la entrega y calidad de “Rainbreakers”.
Texto por yon raga kender. Fotos por Desi Estévez.
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Escucha el nuevo disco de Rainbreakers «Face to Face» (2018)
