Llegado mediado de Enero y a lo largo de un par de meses, los Conciertos de la Estufa chiscan la antigua estufa que caldeaba las Antigua Escuelas de Arrabal de Portillo y así permanece dando calor, a un más que notable ciclo, que acerca a un buen número de artistas y de interesantes formaciones a este pequeño pueblo, que durante estos meses se convierte en referencia de un género, que permanece alejado de los circuitos más comerciales, pero que alimenta espíritus y corazones, un ciclo que es ya referencia a nivel nacional y que en ocasiones, ha permitido que solo por su significado, músicos que difícilmente se acercarían por impedimentos de caché o de fechas , hagan un esfuerzo y posibiliten su incorporación a dar prestigio a este interesante ciclo que a estas alturas ya va para 20 ediciones.
En ciertos momentos, el interés obliga a que este encendido se adelante como ha sido en este 2018…. La presencia en nuestro país del músico escocés Alasdair Fraser, violín; acompañado por el violonchelo de Natalie Haas, era más que una buena excusa para adelantar ese momento. Notable intérprete, ha llegado a colaborar con bandas como los Waterboys o los Chieftains, o su música se puede encontrar en bandas sonoras de películas como la oscarizada Titanic, El último mohicano, The spitfire grill, o el infravalorado western que en 1994 dirigió el gran Lawrence Kasdan, Wyatt Earp. A nivel individual ha editado unos ocho álbumes, uno de los cuales «Dawn Dance»(1996) obtuvo el premio independiente al mejor álbum celta de ese año. Junto a la violonchelista Natalie Haas, con la que en esta ocasión se ha acercado y con la que lleva girando alrededor de 18 años, ha publicado los álbumes «Fire and Grace» (2004), «In the Moment» (2007) y «Highlander’s Farewell» (2011), a los que se suman dos volúmenes del «Legado del Violín Escocés», y de ella dicen que «escribió el libro sobre el lugar del violonchelo en la música celta». Con las entradas agotada con muchos días de antelación, apareció sobre el escenario para ganarse al público desde el primer momento con ese aspecto de bonachón y mucha simpatía, para invitarnos a un viaje a través de la música tradicional escocesa, un viaje muy agradable y placentero, y al cual, además, invitó a acompañarlo a la banda que les precedió esa noche, Atlantic Folk Trio, formación con un interesante futuro en donde toca el violín su hijo Galen Fraser.
Texto y fotos por Jesús Díez.
