El segundo disco de Fernando Rubio ha sido una de las mejores noticias musicales de 2018. Cheap Chinese Guitar representa un amplio catálogo de conocimientos adquiridos desde la mejor de las escuelas: el blues. Pero no sólo hay un poso en sus canciones de la música del Delta, porque este formidable guitarrista entrelaza como muy pocos en este país los hilos del soul, del funk o del country con una sensibilidad exquisita.
Este Cheap Chinese Guitar llega nueve años después de la primera entrega en solitario, Tides (2009). Compatibiliza este pluriempleado una guadianesca carrera en solitario con su imprescindible presencia en cuatro grupos de gran interés, con la Bantastic Fand a la cabeza. Sus otras aventuras son Ferroblues (de casta le viene al galgo), Fanáticos y Ley Seca. Sólo ese intensísimo rodaje a través de los años y esa forma de perseverar en el combate por el sueño musical, explican la naturaleza de esta obra resplandeciente.
Escucha «Cheap Chinese guitar» (2018) de Fernando Rubio:
Su nueva entrega aparecida en la primavera atrapa desde el instante cero. El autor pone en el escaparate un suculento cebo sonoro: Cheap Chinese Guitar, que da nombre al álbum y se pone como locomotora de la docena de cortes. Entra bien, muy bien. Y el pez melómano pica el cebo para librar una batalla perdida, porque una vez mordido el anzuelo llega quizá el momento decisivo del álbum: Meteor Shower. Una cosa es que el pez pique y otra muy distinta que se enganche. Eso es lo importante y eso es exactamente Meteor, una bellísima pintura con todos los colores de la paleta. Hermosa hasta decir basta. El pez ha picado y además se ha enganchado al disco. Pero toca luchar, como contó Hemingway en El Viejo y el Mar.
El resto de cortes del disco deslumbran igualmente. Habría que hablar también de las armonías; las voces de otro mundo que combinan Paloma y Paco del Cerro, entre otros; las guitarras elegantemente golfas; las teclas de Campoy, o el toque bantástico de la armónica a cargo de Nacho Para. Todos estos detalles arropan unas composiciones de considerable espectro cromático y ardientes texturas. Mientras en Bloody Black Soul saca la brocha y el bote de pintura negra, en Carry on Blues se asoma a otros espacios sonoros con tintes blues-rockeros.
Son letras que utilizan palabras que nunca suenan a gastadas cuando se cantan así: amor es la más importante (Love Song o Come Into My Dream). Y también los amigos, como en Thank You For Being There, todo un himno ya que sintetiza la humildad de un hombre capaz de parir esta joya tan personal y ejemplo para orfebres sin suficiente reconocimiento y sobrado talento. Todas las demás piezas (Inner Demons, Winter Sun o Sad Sad Day), se deslizan con suavidad y coherencia, hasta culminar en una extraordinaria I Don´t Want To Take You Home, una cumbre sonora que podría ser la canción del año, con mandolinas deliciosas y una instrumentación coral que quita el hipo.
El poder de la humildad es el motor secreto de obras como este regalo para los oídos que nos ha traído este año Fernando Rubio. Sigue así, tío: humilde y poderoso.
Texto por Miguel López.