GABY JOGEIX, “Oh capitán, mi capitán…”

Os contamos el show que Gaby Jogeix nos ofreció el pasado día 2 de Enero en la Sala El Junco, dentro de las BACK TO THE ROOTS JAM SESSION. Acompañado de Fernando Jiménez a la armónica, Carlos Sánchez de Medina al bajo y los coros, y Quique Parra a la batería, coros y extraordinaria 2ª voz, interpretó con arreglos y estilo propio, temas de música popular americana (Blues del Delta, Rock & Roll, Soul, R&B, Funky) y nos hizo viajar desde el río y el campo a la ciudad a través de la locomotora que es Gaby. Además tocó alguno perteneciente a sus discos Hermosa Beach y Steel the Blues, altamente recomendables. Esto es lo que nos hizo sentir en directo este gran músico e intérprete franco-español, de formación y oficio internacional, que, además, acaba de regresar de Nueva Orleans de grabar su último disco. Mucho nivel demuestra Gaby. Mucho más que Blues. Y así te lo contamos.

Gaby Jogeix Madrid.

En la vida conviene “separar la paja del grano”; este dicho de origen ancestral deviene de los usos en el mundo rural, cuando el hombre convivía con la Tierra y no la explotaba. Se refería a que luego de cosechar el trigo y dejar que secara, se zarandeaba, se trillaba, para que los granos se mantuvieran separados, y las pajas, más livianas y volátiles, fueran arrastradas por las corrientes de aire. Terminado el trabajo, los granos quedaban en su lugar desprovistos de la innecesaria paja, para molerse y hacer con ellos harina. A eso se refiere este dicho: por eso, para hacer las cosas bien y no confundir o mezclar elementos de distinta naturaleza, se apela a esa antiquísima frase.

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 En el mundo de la música pasa lo mismo. Cuando asistes a un directo, y de verdad, vas a escuchar a los músicos como algo irrepetible y por tanto, único, y el músico demuestra que es especial, incluso trascendiendo las piezas que interpreta, conviene separar el grano de la paja. En este caso, Gaby Jogeix representa ese grano, esa semilla, capaz de traspasar fronteras, de África a América y luego traer muchas más de vuelta a Europa. Para los melómanos y amantes de la buena música sin etiquetas, este tipo de semillas, esta clase de grano, que luego molido pasa a ser harina, y de ahí se convierte en pan, es alimento de vida, aquello que mueve el mundo, nuestro mundo. Eso representa Gaby: el milagro de la semilla llevada por los esclavos desde África a América y traída a casa de vuelta para el deleite de los que amamos la música popular de raíz con todas las esencias y mixturas posibles y además, abierta a la experimentación.

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Tocó temas de Al Green (con versión muy especial de “I´m a ram”), varios muy gospel y de medios tiempos con ruegos a la mujer amada incluidos, que con ese timbre de voz se le dan de fábula, con pausas y cadencias que sabe guardar, para luego desbarrar con ritmo trepidante. Todavía resuena el eco de un lamento hecho voz en ese “take me away to the other side, babe, won´t you fly if is not to far…” y precioso fraseo R&B con su guitarra. Uno de los momentos álgidos de la velada adornado por los sabios coros de bajista y batería.

Otro momento épico nos lo dio con una versión de “I´m gonna get there” de Mike Farris, donde vuelve al susurro y la plegaria que deriva en una juerga de cuerdas muy BB King. Con “San Diego”, tema de su álbum Steel the Blues, Gaby se versiona a sí mismo dándole un toque todavía más rockandrollero, demostrando que nada está escrito sobre piedra y todo es mejorable, siempre. Eso es algo muy necesario en un artista.

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En la segunda parte de su actuación desenfundó su preciosa lap steel y nos vino a demostrar no sólo que toca extraordinariamente bien, sino que la lap steel es otra voz, que sumada a su voz, regala un blues alegre, rítmico, vital. Para que luego digan que el blues es triste…Retomó el espectáculo con una gran versión de “Shake your money maker” y otra de “Hey Pockey a-way” con ese sabor a Mardi Grass y permitiendo que el público coreara y fuera parte de la Second Line, con el armonicista Fernando Jiménez a la cabeza. Continuó con el carnaval de Nueva Orleans y “Oh when the saints go marching in”. Memorables interpretaciones que nos trajeron Treme-ndos momentos.

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Intercalados entre el final del primer pase y el final del segundo subieron al escenario músicos aficionados para la Jam. Todos sabemos lo que es una Jam Session: es un show abierto a músicos donde se suelen interpretar versiones de los “grandes”, normalmente archiconocidas, y donde músicos espontáneos se lanzan al ruedo del escenario para tocar. En este caso, Gaby operaba de maestro de ceremonias y como Capitán de navío. Pero no conviene quedarse ahí porque, como se suele decir, lo esencial es invisible a los ojos y, gracias a los dioses, perceptible a los oídos. Hubo paja, pero supimos ver dónde estaba el grano. Tuvimos la gran fortuna de escucharle temas propios y otros con sus arreglos que apelaban a las raíces más profundas de la música negra con prácticamente todas las ramificaciones: Soul, Rock& Roll, Rhythm and blues, Funk. Y ahí es donde no pudimos evitar recordar a Napoleón (por la cantidad de enemigos parlantes que nos rodeaban y también por la casaca militar francesa que llevaba Gaby), que fue capitán antes que general, y que pronunció unas sabias palabras: “El que quiera hacer historia, primero que aprenda de ella”. Aplicado a lo que nos ocupa: el músico que quiera hacer historia, que primero aprenda de ella. Y Gaby sabe mucho de eso y se nota en cómo interpreta, en cómo canta, en cómo toca la guitarra o la lap steel de 8 cuerdas.

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Pero no todo queda ahí. Hay un Gaby que tiene una voz portentosa, una voz genuina y con garra, con mucha personalidad, en la línea del Joe Cocker de finales de los 60 en directo (cuando se marcó una gira con los Mad Dogs & Englishmen) o el de los temas del enorme disco de estudio, “With a Little Help from My Friends”. Un chorro de voz domesticado según el tema. Además, ese mismo Gaby toca la guitarra eléctrica en momentos como Bluesman, con sonido del Delta, en momentos como un salvaje y duro Rockman a lo Hendrix, en momentos como un Soulman, en momentos como un Funkyman. Gaby es todo eso y creemos que ni siquiera lo sabe. O sí. Y también creemos que lo mejor está por llegar, porque él lo tiene entre sus manos y en sus cuerdas vocales cuando imposta la voz, cuando modula en función del tema, entre sus oídos cuando decide cómo afrontar los arreglos de clásicos que no reconocerías, y ese es el mérito porque te dejan un sabor de boca realmente fresco, nuevo y distinto. Gaby es un músico tan completo en el panorama musical español que no es habitual. Es cuando nos miramos y supimos por qué el destino nos había llevado a verle a una Jam, donde el público no deja de hablar mientras los músicos se esfuerzan por ofrecer una actuación única; sólo entonces es cuando te dices: “¡qué coño!, por eso ha merecido la pena venir; porque es de aquí y es ¡¡brutal!! lo que este tipo puede ofrecer”. Y entonces, al verle con la casaca militar entre bla, bla, y blas y su particular campaña-batalla musical, recordamos a Walt Whitman. Y esos hermosos versos de “Hojas de Hierba”, que alaban las figuras diferentes, atípicas, que brillan pese al murmullo, al parloteo continuo de otros, al sonido de cubatas, pero en las que merece la pena tener fe y apostar por lo que pueden representar para los que amamos la música, sus tonalidades, sus colores y sus geografías:

“¡Oh capitán, mi capitán!
Terminó nuestro espantoso viaje,
El navío ha salvado todos los escollos,
Hemos ganado el codiciado premio,
Ya llegamos a puerto, ya oigo las campanas,
Ya el pueblo acude gozoso,
Los ojos siguen la firme quilla del navío resuelto y audaz,
Mas, ¡oh corazón, corazón, corazón!
¡Oh rojas gotas sangrantes!
Mirad, mi capitán en la cubierta…”

“…está erguido y vivo”, añado yo, con el permiso de Walt Whitman, por aquello de cambiar el final y porque Gaby Jogeix está erguido en el escenario y muy vivo. Y eso convenimos que hay que celebrarlo. Estaremos muy pendientes de sus próximos movimientos y su nuevo disco que ya huele a Nueva Orleans, a soul y a rock, ¡oh Capitán, mi Capitán! Y lo contaremos con mucho bla, bla, bla…pero con más gracia.

Texto por May T. Fotos por May T. y Ana Hortelano. Dibujo por Cayetana Álvarez. Vídeo por May T,

 

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