Esta vez nos desplazamos a la capital aragonesa para acudir a misa el pasado mes de Diciembre. La cita era en la Sala Armas con el coloso americano Matthew Sweet de la mano, cómo no, de Heart Of Gold. Volvió a visitarnos el mago de las melodías pegadizas, de las composiciones rockeras e himnos que nos han acompañado por unas cuantas décadas ya.
Californiano de adopción y original de Nebraska, donde volvió a respirar la inspiración de su último trabajo dividido en dos cortes. El primero en forma de un LP llamado “Tomorrow Forever” y su segunda parte, un disco que publicó a comienzos de este verano, ese delicioso “Tomorrow’s Daughter”. Todo es parte de lo mismo. Matt es un tipo tan prolífico que nos ha tenido que repartir en dos lonchas todo lo elaborado en las sesiones de grabación de “Tomorrow Forever”. Además tenemos que destacar que el arte interior y exterior de las carpetas de los discos está, como en todas las obras de Matthew, muy cuidada y a un nivel excepcional. Son simplemente preciosos.
Cualquier cosa que ha tocado Matthew Sweet, desde composiciones propias hasta los tres disco de versiones con su adorada Susanna Hoffs (The Bangles), suenan a gloria bendita. Esos “Under The Covers” fueron reeditados recientemente con motivo del Record Store Day en unos maravillosos vinilos de color acordes con el glorioso material sonoro que llevan en sus surcos.
Volviendo con el bolo que nos ocupa, No hubo una gran entrada en las Armas, por ser miércoles, tal vez. Pero lo que se perdieron los ausentes es cosa fina. Matthew se acompaña por una super banda all star. Donde el maestro guitarrista Jason Victor es el AS en la manga de Sweet. Contando con la base rítmica de Velvet Crush (Menck y Chastain) al bajo y batería.
La guitarra de Jason Victor dominó el show, en ocasiones abusando de protagonismo sonoro y tapando las guitarras del propio Matthew. Al parecer el canal en la mesa de mezclas estaba a cero para Sweet y todo su volumen era directo desde el ampli. Para hacer que no se echen en falta las guitarras de Richard Lloyd hay que ser muy bueno y Jason está a la altura. Vaya que si lo está. ¡Con creces!
Matthew, como siempre con ese porte gruñón y poco comunicativo y un aspecto que demuestra el paso del tiempo, 54 castañas le contemplan, y muy entrado en kilos. Matthew permanece semi estático frente a su pie de micro, pero dando un show muy serio e impecable. Con un repertorio como el suyo y los músicos que le acompañan, no necesita ni sonreir para triunfar por todo lo alto.
Canciones como “Pretty Please” o “Something Someone” y “I belong to you” de los últimos discos, pero sobre todo clásicos de la época dorada, que fueron las que se recibieron con más algría por el público en el caso de “Winona”, “I’ve Been Waiting”, “We’re the Same” o “Sick of Myself”, “Evangeline”.
El trovador americano ha vuelto a las raíces de un sonido noventero adorable. 100% disfrutable en este siglo, sigue sonando bonito y sucio a la vez. Tiene un toque moderno que te hace pegarte a los cortes hasta su última nota. Como siempre, nos entrega quilates sonoros de incalculable valor que hemos disfrutado una vez más en directo. Un directo que corrobora que Sweet es un mago de la melodía rock, que te penetra hasta el corazón y te llena de júbilo a base de simples acordes distorsionados donde la magia radica justamente en el orden en el que se disponen. Siempre es un placer recibirle y esperamos que nos tenga siempre en sus oraciones y hojas de ruta. Salud!
Texto: Javier Casamor y Javier Naranjo
Fotos y vídeo: Javier Naranjo
