Más que buena entrada en la sala grande de Apolo para ver a un genuino superviviente del Rock & Roll; Wilko Johnson. Pero no estaba solo y venía muy bien acompañado de Jesse Dayton que se encargó de abrir la velada para el ex Dr. Feelgood. Y nada más subir al escenario el de Austin demostró que lo suyo es algo a tener muy en cuenta.
Cuarenta demoledores minutos de Country Rock machote a todo trapo que prácticamente pusieron la sala patas arriba. Con una base rítmica con mucho músculo Jesse Dayton encaró el concierto como tren de mercancías desbocado mostrándose harto comunicativo y encendiendo la mecha de la noche con explícitos pepinazos del calibre de “Holy Ghost Rock n’ Roller”, “Jailhouse Religion” o “I’m At Home Gettin’ Hammered” y dejando claro su pedigrí rockero haciendo un medley con el “Shake Your Hips” pasado por el filtro stoniano y el “Whole Lotta Rosie” de AC/DC. Infatigable y espectacular terminó con la revisión del clásico “Pancho & Lefty” llevado a su terreno country rocker.
Sin duda una actuación soberbia y que nos deja con muchas ganas de próximas visitas.
Harina de otro costal fue lo del bueno de Wilko Johnson, que aunque ejecutó un buen recital fue todo mucho más pausado. Normal si hablamos de alguien con una edad ya a sus espaldas y que ha sufrido una enfermedad casi terminal. Lo que pudimos ver fue una versión madura y bajada de revoluciones de Dr. Feelgood donde Wilko demostró que el que tuvo retuvo y que sigue siendo un personaje dentro del mundo del rock.
Con la voz ya ajada pero conservando sus característicos tics y movimientos y acompañado de una solvente base rítmica el británico hizo un ejercicio de estilo intercalando clásicos de Dr. Feelgood con tonadas más recientes como la inicial “I Love The Way You Do” o “Marijuana”, pero las que que se llevaban la parte del león eran las canciones de su ex banda como las más que bien recibidas “Roxette” o “Back In The Night”.
La base rítmica con la gran presencia escénica del fiel escudero Norman Watt-Roy sirvió de perfecta base para que Wilko se recreara en sus clásicas poses escénicas ya fuera usando su guitarra cual metralleta o tocando con ella a la espalda para deleite de todos los asistentes.
Bonito concierto que fue como una especie de celebración de la vida en clave de rockandrolera y que finalizó con la pureza del ‘Bye Bye Johnny” de Chuck Berry. Buena velada en la que se juntaron la fuerza y empuje de Jesse Dayton junto a la venerabilidad y rancio abolengo rockero de Wilko Johnson, presente y brillante pasado juntos y en perfecta armonía.
Texto por Xavi Martínez y fotos por Desi Estévez.
Gracias a Xavi y a la revista musical Rock On Magazine.