El pasado martes en la sala Clamores, Tail Dragger junto a su banda de apoyo nos ofreció un concierto de auténtico Chicago Lowdown Blues.
Alto, delgado y muy elegante, enfundado en un traje gris marengo con camisa blanca y lazo negro y un sombrero oscuro que le hacía parecer aún más espigado, James Yancey Jones sube al escenario
Sus músicos le esperan pues viene de una entrevista para “Ruta 61” de Radio 3 y el tráfico en Madrid a esas horas es infame. Así y todo el concierto comienza puntual. Nace en Arkansas y en 1966 se traslada a Chicago. Allí trabaja de mecánico de automóviles. En esta ciudad se convierte en discípulo de Howlin Wolf y le dan el apodo de “Crawlin James” por su hábito de gatear por el escenario.
Más tarde, de su costumbre de comerse los compases le conocerán por su apodo actual… eso cuentan las leyendas. Sus primeras influencias provienen de escuchar la radio en casa de sus abuelos y góspel en la iglesia cada domingo.
Es en la ciudad de Chicago donde se desarrolla musicalmente. Hoy a sus casi 80 años es un bluesman divertido, dicharachero y muy cercano con el público.
Le gusta bajar para cantar entre las mesas a cada uno de los que esa noche quisimos disfrutar de su maestría. “Es como si me metiera en un trance cuanto canto el blues, me olvido de todo lo demás, nada más me importa”.
Estuvo acompañado en Madrid por Salva a la harmónica, Adrián en la batería, Javier al bajo e Iñaki y Nico a la guitarra. Juntos nos hicieron pasar una noche estupenda. Al terminar el concierto y ya más relajado con una pipa prendida en los labios firmó cd’s de sus más recientes publicaciones.
Fotos por Ana Hortelano.
