Con motivo del 3er Festival de Gigantes del Blues en la Sala Clamores de Madrid, Chris Cain nos visita. Originario de San José (California) es su primera vez en nuestro país.
En cuánto salta al escenario, te das cuenta de que es un músico absolutamente vital, expresivo, campechano y muy emotivo, le gusta conectar con el público.
Caín viene acompañado por un grupo de músicos agrupados bajo la Caraband, de la Caraban Music School, dirigida por el batería y director de la escuela, Pablo Bárez. Comienza el concierto. Cain abrazado a su Gibson, despliega todo su arsenal.
Tonalidades graves como el flujo sanguíneo electrificado fluyen por la sala, no en vano lleva toda la vida aprendiendo del Jazz y del Blues, de aquellos que le antecedieron y conoce los pulsos de este tipo de música. Su voz te envuelve, cálida y profunda. Su emoción se traslada a mil y unas expresiones.
Cuesta imaginar cómo puede haber tantas casualidades en una vida. Nace de la luz del mediterráneo mezclado con la negritud del alma de su padre, asiste siendo un crío a su primer concierto de blues nada menos que B.B. King y lo recuerda “como un click en su cabeza y en todo su ser”. “Mi papá tenía la colección de discos más grande y la más alta de alta fidelidad en el vecindario.Recuerdo que cortaba el césped con Muddy Waters a través de esos altavoces”.
Al morir su padre, Albert King, amigo de la familia, le adopta y con ocho años aprende a tocar la guitarra. Ni en los mejores guisos se encuentran ingredientes tan sabrosos. Estudia música en todas sus vertientes, investigación, improvisación, búsqueda, toca varios instrumentos… y llega a formar parte de la banda como guitarrista de Robert Ford.
La madurez juega para crear esta música que ensalza el alma. Canta al amor, al tequila, a los dulces sixteen, a la vida. No podemos dejar de mencionar a los magníficos músicos que le han acompañado: Gaby Jogeix, guitarra y lap Steel. Cope Gutierrez, piano y teclados. Pablo Bárez del Cueto, batería y David Salvador en el bajo.
Fotos y vídeo por Ana Hortelano.
