¿Existe la perfección absoluta? Posiblemente en matemáticas y en gimnasia rítmica sí, pero no en la música. Porque la música es VIDA, y la vida no es perfecta. Pero el concierto que nos regalaron los norteamericanos Cordovas en Rocksound (Barcelona) es de lo más parecido a esa inalcanzable excelencia, esos fugaces destellos de máxima felicidad en que los planetas se alinean, supernovas que nos obligan a frotarnos los ojos y desear que el recital no se acabe nunca.
Músicos jóvenes pero de pura raza, respetuosos con el pasado pero sonando increíblemente frescos y actuales. Como si de pequeños se hubieran caído en una marmita repleta de los mejores sonidos de finales de los sesentas y principios de los setentas en los USA, ofrecen un irresistible melting pot basado en una sublime instrumentación, unas armonías vocales de manual y una extenuante entrega emocional con el objetivo de divertirse y divertir, que no es poco. ¿Acaso puede existir mejor meta para un músico que hacer feliz a su público?
Si “That Santa Fe Channel” (2018) es un gran trabajo en estudio, su traslación al directo es una autentica locura: “Talk to me” , doblando guitarras y con unos sobresalientes coros , esa juguetona lección de country rock que es “Standing on the porch” y “Frozen rose”, con aromas del “American beauty” de los Dead nos dejaron con una cara de incredulidad y sonrisa permanente que no desaparecería en toda la noche. “Southern Rain”, de su primer larga durada, llamó a las puertas de los New Riders of the Purple Sage.
“Old dog” y “Step back red” fueron de las más eléctricas y potentes del set, puro rock americano vía The Band. “Louisiana Hurricane” es un claro ejemplo de cómo puede mutar una canción del estudio de grabación al escenario: tres voces al unísono, acelerando el tempo, para quedarse solos el teclado y los dos baterías, y finalmente batería y percusión en un “solo” tipo Santana de los primeros días del Fillmore.
“Fallen angels” nos devolvió al original country rock de los Flying Burrito Brothers, y con “This Town’s A Drag” demostraron que es muy difícil parir una canción mejor. “Common Desire”, o como cambiar de ritmo de manera tan natural como efectiva, y a continuación una insuperable versión de The Grateful Dead , “I Know You Rider“ (¿la mejor versión de los de Frisco que he presenciado en directo? Maybe…).
Los bises, “comme il faut”, la perfecta coda para despedir una velada de las de recordar para siempre : “Mary Jane’s Last Dance” de San Tom Petty, “Truckin’” y «New Speedway Boogie» de los Dead, “Sweet home chicago” a capella y “Selfish loner” de su segundo disco. Guitarras, violines y mandolinas, percusiones y teclados, eternas armonías, inspiración sin reflexión; eso y mucho más obtuvimos en una mágica noche de sábado….
Texto por Albert Barrios. Fotos por Desi Estévez.