Anoche, el 26 abril, en la sala The Times en Toledo, fue la tercera vez en un año que veo tocar a este joven fenómeno de Wisconsin y aunque no era el mejor concierto de los tres. Jared es siempre capaz de verter todo su alma y ser (que es bestial porque mide casi dos metros) en lo que toca.
Mezcla los estilos y fingerstylings de grandes como SRV, Albert King, Zakk Wylde y Ted Nugent y saca un sonido único e irrepetible de su Epiphone tuneada (bautizada ‘Old Glory‘) con la pastilla del mástil arrancada.
Jared ha cambiado de bajista, que reemplazó al rubio californiano de antes. El tal Elvis se lo pasa de miedo en el escenario, y al igual que Jared, sus sonrisas contagian su buen rollo al público. Eso sí, me llamó la atención que tocaran más versiones y ‘standards’ que otras veces. Por lo visto el bajista solo lleva dos meses tocando con JJN, junto con el batería, Dennis Holm, un escandinavo callado, sólido y potente, agitaron el escenario tanto que hubo que recomponerlo varias veces con la ayuda de miembros del público.
Como otras veces, subió un guitarrista local para tocar con él y aunque los dos guitarristas se lo pasaron bien, se nota que no hubo ensayos previos porque faltaba compenetración. Aún así la técnica individual superaba esa desincronización.
Jared interactuó constantemente con el público, bajando del escenario para tocar un solo entre los asistentes (algo que me recuerda al Sr. Wylde), bebió la cerveza de cualquier generoso que se lo ofrecía e incluso soltó unas palabritas en castellano.
En resumen, un concierto brutal en una sala sorprendemente llena en Toledo para ir calentando motores para el Mulafest hoy en Madrid.
Texto y fotos por Jessica Jacobsen.
