Entre canción y canción, Carolina de Juan habla y habla… Puede que nunca diga ninguna frase para enmarcar, afirma. O sí. Porque en ocasiones, lo digno de subrayar es la naturalidad con las que se dicen las cosas. Más que las propias frases; todos en mayor o menos medida podemos recurrir a decir algo glorioso o recordable pero, en ocasiones, se pierde en la artificialidad del momento. Pero con Carolina, o con Morgan, todo surge con sencillez y naturalidad y en mucha parte de ello esta su grandeza.
LA BANDA -sí, con mayúsculas- respira sinceridad y buen rollo. Verles transmite unas ganas de seguir inmensas… No sé si después de este mundo habrá algo más (dudo mucho que exista algo), pero si existiera, seguro que su música es la de este quinteto madrileño.
Siguen presentando su segundo trabajo «Air» (2018), que se suma al inicial «North» (2016), en unos intensos conciertos a lo largo de la geografía y dejando muy claro que la evolución que han experimentado en este pequeño periodo de tiempo les ha convertido en una de las formaciones, si no la más, interesantes del panorama musical nacional.
La noche arrancó con «Planet Earth», a los que se sumaron «Blue eyes», «Attempting», «Oh, oh», «Work», «Praying», «Sargento de hierro», «Home», «Volver», «Flying peacefully», y la festiva «Thank you», junto a esa pincelada, irresistible, de «Lose Yourself To Dance», escrita por Daft Punk…dando lugar a un concierto intenso pero que se acortó en el tiempo.
No sé si por los problemas de garganta de Carolina o porque, como ya pasó en un anterior concierto de Paul Collins, existe una obligación de acabar, en este espacio, a una hora determinada, se termina. Y se echó en falta alguna preciosidad como esa fabulosa versión de «The Chain», la única canción de «Rumours»(1977), escrita por los cinco Fleetwood Mac y que ya vimos en su anterior pase por Aranda.
En esta ocasión, el bonito Teatro Juan Bravo de Segovia se convirtió en uno de los puntos de presentación de este nuevo trabajo; y como suele ser casi la nota dominante, colgó el cartel de «no hay billetes» con mucha antelación. Y es que la gente tiene ganas de este grupo. Ganas de verlos y de disfrutar con ellos. Esto puede que sea, en parte, fruto de la filosofía que desprenden. En una entrevista contaban que «…todos tenemos voz y voto en la banda y queremos mantener eso. Y sobre todo pasar un buen rato y disfrutar de lo que estamos haciendo…». Eso seguro que se acaba contagiando.
Este 2019, sin duda, es un buen año para este quinteto. Siguen cosechando buenas críticas. Siguen sumando premios como Mejor Álbum de Rock, Premio Eventbrite a Mejor Directo, Premio Sae Institute a la Mejor Producción, Mejor disco nacional del año 2018 en Dirty Rock Magazine, Premio AIE al Mejor Artista y Premio The Orchard al Álbum del Año, en la gala celebrada a mediados de este mes por los Premios MIN de la Música Independiente. Y siguen afianzándose como LA BANDA, y de esto último no todos, con o sin premios, pueden presumir.
Al frente de todo este invento Carolina de Juan, piano y voz respaldada por el apicultor más guapo del país, Alejandro Ovejero al bajo; Ekain Elorza a la batería; un inconmensurable Paco López, a la guitarra y coros y David Schulthess, a los teclados y los coros. Son los integrantes de este quinteto. Una formación que, en un lugar tan ceremonioso como es un teatro, rompió todos los moldes y consiguió que la gente se implicara de lleno, prometiendo una muy próxima visita (y es que mucha gente se quedo con las ganas), y es que, al fin y al cabo, como dice Chema (que de esto de la música sabe un rato) Morgan son una delicatessen, y tenemos que disfrutarla, y punto.
Texto y fotos por Jesús Díez.
