La fuerza vital y el desorden molecular. The Mothercrow y entropía

La aparente inocencia de los años setenta e incluso ochenta, se tornó en paroxismo sabelotodo en los noventa y, también, en parte de la casi veintena de los dos mil. Si bien nunca se puede dar nada por sentado, afortunadamente, siempre habrá grupúsculos, cada día más grandes, que, sin volver a aquella inocencia setentera, algo pacata, ostenta una alegría de vivir y de valorar la gran ventaja, no sólo de intentar y conseguir realizarse personal y profesionalmente, sino de poder esforzarse en esos siempre empinados senderos que, sin la certidumbre de arribar a la cima, les permite no dejar de soñar y anhelar jamás.

Entropia Invisible 2019

Porque, la historia es testigo, la ilusión y el anhelo son el riego y el bombeo que mueve la personalidad y el cerebro, esa masa gris inexplicable e imparable que sorprende, a unos pocos, con la inconsciencia de la credulidad y la necesidad de no cejar de crear. Candidez del artista y menester de sentir que insufla júbilo en las personas y, directamente, en su entorno, el cual se contagia de esa algazara de vivir y disfrutar de esos microcosmos vívidos a los que les transportan. Como el que crearon el pasado día veinticinco de mayo en la Sala Rocksound, de la siempre Layetana ciudad, ya de por sí el local es un universo en sí mismo, dos bandas provenientes de tierras maldecidas por aquellos que sólo entienden el sinsentido de la imposición, “The Mothercrow” y “entropía”.

Entropia Invisible 2019

Los gasteiztarras “entropía”, fueron los primeros en ascender al escenario a mostrar su más que particular cosmos de Psychedelic-Space-Mood–Rock, Jon Bellido, voz y teclados; Roberto Nieves, guitarra; Lasto, bajo y Andoni Penela, batería. Con “Invisible”, su enorme y primer álbum bajo el brazo y la ilusión de la primera visita a la siempre Layetana ciudad, se apostaron tras sus instrumentos e iniciaron una Intro que fundieron con el tema “Sinestesia”. Instaurando así, no sólo su arrolladora fuerza, sino el comienzo del viaje a Encélado, ese satélite de Saturno que podría albergar vida extraterrestre a los que ellos han dado reconocimiento, fauna, flora y, sobre todo, ritmo. El de la propia existencia, siempre impredecible, como su música y sus conciertos, similares pero exclusivos cada uno de ellos por esa necesidad de dejarse arrastrar por la misma idiosincrasia del público ante el que se encuentren. Casi como si absorbieran de ellos el vértigo de la emoción y la expectación pero siempre, como el siguiente tema, en su propia “Odisea” desalojando en cada orilla flores distintas de las mismas semillas. O, después de Arua, nuevas simientes, como los dos temas que, aún sin nombre, consiguieron envolver y teletransportar al respetable quizá a otro Encélado descubierto por ellos, hasta perderse en “Noche Persa”. “entropía” al completo, casi tan reacios al final como el respetable imbuido por la vehemencia a los teclados de Jon, el ímpetu a las cuatro cuerdas de Lasto, la virulencia a las baquetas de Andoni y la pasión de Roberto a las seis cuerdas, alargaron el tema hasta lo indecible generando una ovación cerrada final que aumentó aún más sus satisfechas sonrisas.

O, lo que es igual, consiguieron convertir la sala en un completo desorden molecular sin perder en ningún momento la magnitud de ésta, gracias a su impagable verborrea musical cargada con una jaez que no da la juventud, sino la persona y, en éste caso, las personas que componen y crean “entropía”.

The-Mothercrow_Magara 2019

Y, tras el desorden molecular, la fuerza vital que une el aquí y el allá, los layetanos “The Mothercrow”, anfitriones de la noche presentando su primer álbum “Magara”. Karen Asensio, voz; Claudia González, bajo; Max Eriksson, guitarra y Pep Carabante, batería; ascendieron al escenario con la frescura de quien se sabe, no sólo como en casa, sino ante seguidores que atestan la sala además de por su arrasador carisma, por el aprecio a la música exquisita, y el rock, blues, psych, soul setentero de rabiosa actualidad de “The Mothercrow” es una exquisitez auditiva.

 The-Mothercrow_Magara 2019

Esa noche repartida en diecisiete temas que empezaron con uno de los nueve que componen su primer álbum, “Magara”, y que, desde luego, no es uno más y además de sangrar, puede ser duro como un piedra, “Stone”. La oscuridad de la sala la rompe el riff de Max, casi amenazando con lo que le espera al público con esas seis cuerdas, acompañado por la cadencia de las cuatro cuerdas de Claudia y las baquetas de Pep y la entrada de la voz de Karen, calma con ligeros ascensos hasta que un -¡Yeah!-, eleva todo por los aires sin perder el tono blues para pasar a sus orígenes, a “Hard Attack”, psicodelia progresiva antes del funky de «Jaw to the law».

 The-Mothercrow_Magara 2019

El respetable no puede por menos que intentar tomar una decisión, o se queda con el sonido global de la banda, o intenta elegir a uno de los miembros porque, si bien, Karen con su potente voz y bien distintos registros, no sólo es el alma y esencia de la banda, sino también un animal sobre el escenario. Claudia que no es una bajista especialmente parada, bien al contrario, además de ir más allá de la cadencia con sus cuatro cuerdas no deja de interactuar con el público. O Pep con la batería, mucho más que presente variando del metrónomo a la autoría de tal manera que, en ocasiones, casi podría pensarse que está al borde del escenario y no al fondo. O, desde luego, Max, casi retando sin ánimo de victoria a Karen, con esos constantes rasgados y punteos de sus seis cuerdas.

 The-Mothercrow_Magara 2019

Representan la difícil elección que, melómanos todos ellos, les lleva a tomar la única y acertada decisión, disfrutar de la música y la energía de la banda al completo, de “The Mothercrow”, con “Mantis”, “On the road”, “Your hell” o “Gaun (Lo-Kanta), una nana en euskera repleta de folklore donde Claudia muestra su maestría con la flauta travesera, cediendo por primera vez esa noche el bajo a Martí Moreira. “Working man” y “Forevermore”, precedieron a su particular ofrenda a bandas que les han influido en una larga miscelánea que, como no podía ser de otra manera, encandiló al público embelesado por cada nota procedente del grupo. Tras un pequeño descanso con cambio de vestuario y, sobre todo, reposición de fuerzas, continuaron con “Mescalito”, arrastrando el respetable al limbo de la frescura, porque así es la música de “The Mothercrow”, fresca y repleta de un empuje que lleva a los asistentes a dejarse llevar por cada nota y cada estribillo.

 The-Mothercrow_Magara 2019

Imbuidos por un ambiente setentero-dosmilenial y la música arrolladora con “Revolution” un tema al más puro estilo denuncia con ese lenguaje elegante que sin gritar un “Hay que acabar con todo”, transporta al respetable frente a un batallón policial al que enfrentarse. Para volver a ofrendar a otro grupo que les ha influido y seguirá influyendo, “Grand Funk Railroad”, un regalo para el público antes de la brutal “Lizard Queen” donde es necesario un pequeño instante de silencio para retomar fuerzas y, tras volver a invitar a Marti Moreira al ingeniero/productor de su disco Alberto Pérez de “Sol de Sants Studios” a los teclados y, de nuevo, Claudia a la flauta travesera, se lanzaron al tema que da nombre su primer álbum y que presentaban esa noche, “Magara”.

 The-Mothercrow_Magara 2019

Aparentemente, baja la atmósfera cañera a otra más cruda, sin embargo, si bien hay quien podría pensar en algún lugar de aquellas tierras allende el atlántico, asemeja más transportar al público a algún desierto de la otra tierra, la carente de frío, donde el animismo comprende a la perfección a “Magara”. Volviendo al blues rock de “Ashes”, donde incluso los despojos sociales, esas cenizas que esconden el verdadero nombre del amor, cautivan a un respetable rendido y con el pálpito de arribar a un final que no desean, con “Swat It”.

 The-Mothercrow_Magara 2019

Una invitación a ellos, a disfrutar de la noche, de la buena música y de la vida, de ese solo de batería de Pep, grandioso como el de Max en “Mescalito” entre otros, de las cuatro cuerdas de Claudia, brutales y de la enorme voz de Karen, de otro mundo, “The Mothercrow”, capaces de crear una auténtica fiesta y desparrame con su música y su simple presencia.

 The-Mothercrow_Magara 2019

Escucha el nuevo disco de The Mothercrow «Magara» (2019)

 The-Mothercrow_Magara 2019

En una noche inolvidable donde la presentación de los primeros álbumes “Invisible” y “Magara”, convirtieron un universo paralelo, como es la Sala Rocksound, en sendos microcosmos de brutalidad musical, “The Mothercrow” y “entropía”.

Texto por yon raga kender

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Fotos por Desi Estévez.

 The-Mothercrow_Magara 2019

 The-Mothercrow_Magara 2019