Sexta edición del Huercasa Country Festival celebrado como cada año en la localidad segoviana de Riaza los días 5 y 6 de julio. Seis años ya desde su primera edición con un nuevo equipo organizativo.
Atrás quedan 5 maravillosos años comandados por Manolo Fernández y todo su equipo que sirvieron para propagar el country y la música de raíces norteamericana a través de grandisimos artistas. Nuestras primeras palabras de aliento y mensaje de generosidad, va hacia a todos ellos. Un recuerdo a los que ya no están. Por ellos y por nosotros. La emoción pudo con la leyenda, y ésta es la crónica de lo primero con un cartel compuesto por Will Hoge, Hayes Carll, Chuck Mead & The Grassy Knoll Boys, Ashley Campbell, The Long Ryders, Quique González y HCF All- Stars Band.
El festival empezó con con una introducción un poco desafortunada (que luego se matizó en la segunda jornada) por parte del responsable de Huercasa. Mucha gente se enteró allí mismo de que el antiguo equipo ya no estaba. De todas formas, la verdaderamente importante es la música y nosotros estábamos allí para disfrutarla.
Ashley Campbell fue la sorpresa de la primera jornada. Realmente, no esperábamos mucho de ella porque en disco siempre nos ha parecido demasiado plana, pero la actuación de la rubia americana fue impecable. En ella, demostró su dominio de la voz pero también su perfecto toque tanto con la guitarra como con el banjo. Arropada por una banda muy compacta, fue presentando canciones de su único disco y alguna canción nueva, además de revisitar clásicos del repertorio de Dolly Parton (la inevitable Jolene, ¿por qué siempre la misma, cuándo Dolly es una compositora estupenda?), el Remembering de su padre Glen y la gran sorpresa de la noche: una versión de la canción de Nacha Pop “La Chica de Ayer”.
Éste fue uno de los momentos más emocionantes del festival. No somos muy partidarios de estos covers populistas, pero en este caso funcionó. El respeto que Ashley tenía a esa canción y su dominio del castellano nos llegaron al corazón. Todo un acierto el contar con esta artista en el cartel. Su primera visita de España se saldó con un rotundo éxito, celebrado por su propia madre que vivió el concierto en las primeras filas, rodeada de algunos de los más fieles asistentes del festival.
Will Hoge fue el gran triunfador de la noche, demostrando que no solo tiene un talento descomunal a la hora de componer canciones sino que es un perfecto animal de escenario. Con un repertorio basado en sus últimos discos pero muy equilibrado dio un espectáculo absolutamente maravilloso.
Guitarras acústicas mezclándose con momentos más rockeros, unas letras que van directamente a denunciar que el sueño americano no es lo que era tras la victoria de Trump, una banda muy compacta en la que destacaban sus dos guitarras y batería, …
La parroquia más country se sorprendió porque no esperaba semejante descarga, pero nosotros no hicimos más que confirmar lo que esperábamos: Will Hoge era el hombre del viernes en Huercasa.
Sólo rescato de sus primeros discos el único número uno que ha tenido en su carrera (aunque no a su nombre sino con un cover del grupo Tata): “Even If You Break Your Heart”, que fue la canción más coreada por sus fieles.
En cuanto a Quique González, poco se puede decir. Desde su presencia en el festival, (muy discutida entre los asistentes); hasta la incumplida promesa de realizar un concierto exclusivo (al final se montó una gira de varias fechas), todo parecía empezar torcido.
Además, el concierto de Torrelavega dos días antes le dejó muy tocado de las cuerdas vocales, lo que mermó considerablemente el concierto.
Con una banda impecable en la que destacaban las novedades de Alex Muñoz (el exitoso productor español afincado en Nashville) o Raúl Bernal (habitual de Lapido), nada más salir al escenario se disculpó por su estado. Posiblemente lo más fácil hubiera sido cancelar, pero intentó llegar hasta el final del concierto con la ayuda de sus compañeros.
Dejó una sensación muy amarga. Una de las grandes decepciones del festival.
La segunda jornada arrancó con el concierto de la Huercasa Country All Star band. Un invento de las primeras ediciones que había desaparecido en 2018 y que siempre nos ha parecido un poco artificial.
No parece tener mucho sentido montar una banda para un concierto de versiones de clásicos más que manoseados a costa de quitar tiempo de concierto de los otros artistas del cartel.
Pero a cierta parte del público le gusta escuchar y bailar estas canciones. Es parte del festival, no todo puede ser perfecto ni gustar a todo el mundo. Destacar la presencia de Susan Santos, que fue lo mejor de la actuación. Esta mujer es muy grande
Chuck Mead se presentó acompañado de un trío de batería- bajo/contrabajo- steel guitar, con veteranos que ya le acompañaban en la época de BR5-49. Para muchos fue uno de los conciertos más destacados del festival.
Los que crecimos escuchando sus discos en los 90, donde actualizaba de manera magistral el Country más festivo y lo mezclaba con el rock, le estamos muy agradecidos y siempre hemos disfrutado mucho con sus actuaciones.
Fue maravilloso ver a su guitarrista de apoyo, que con una edad más que avanzada dio una muestra exquisita de pasión y buen hacer. El repertorio, basado en sus discos más recientes, (en especial en su recién estrenado “Close to Home”. quizás no era el esperado, pero el artista de Kansas afincado en Nashville puede tocar lo que sea y salir airoso.
Esperábamos con gran ilusión el concierto de los Long Ryders, una de las bandas que mantuvieron la llama del country rock en los años 80 y que dejaron un montón de clásicos imperecederos que todavía escuchamos a menudo. Pero la realidad fue que el concierto que dieron en Riaza fue bastante desastroso.
Empezando por un repertorio basado en su último trabajo y siguiendo por una falta de compenetración que se hizo más evidente aún al actuar delante de dos bandas tan rodadas como las de Chuck Mead y Hayes Carll. El tener a los miembros del grupo separados por un océano es sin duda un hándicap que se notó sobre las tablas.
Fue una gran decepción, porque aquello no acabó de arrancar en ningún momento. A a pesar de los esfuerzos de, fundamentalmente, Steve McCarthy; en ningún momento dio la sensación de que estábamos ante un gran concierto. Esperemos que en su próxima visita en noviembre, que llegará después de dos meses de gira por Europa, ya estén más rodados y hagan conciertos que hagan justicia al enorme cancionero que tienen.
Hayes Carll fue el gran triunfador de la noche. Para algunas personas, prácticamente salvó el festival artísticamente después de las decepciones que hemos reseñado.
Para los que no le conocían fue una gran sorpresa escuchar unos temas que van del country más puro al rock americano en la onda de Tom Petty.
Además, con unas letras que se alejan de tópicos y cuentan historias en la más pura tradición de la canción americana. “Things You Don´t Wanna Know”, maravillosa; o “Jesus and Elvis”, (una preciosa historia de un bar donde siempre es Navidad y en el jukebox no hay canciones posteriores a 1968), que interpretó en solitario, quedan desde ya como algunos de los mejores momentos de la historia del festival.
Arropado por su banda habitual, con una bajista femenina que incomprensiblemente estuvo escondida en el fondo durante todo el recital, fue desgranando poco a poco los grandes clásicos de una carrera que se extiende por casi dos décadas y que lo ha convertido en uno de los puntales de la escena. Todo un acierto el contar con él para cerrar el festival por todo lo alto.
El balance, a pesar de las decepciones, es positivo. Posiblemente la asistencia de público de esta edición ha sido menor que en 2018, pero es algo comprensible porque no se contaba con el tirón de dos monstruos como John Hiatt y Steve Earle. Se mantienen grandes virtudes como el gran sonido en todos los shows, y otras cosas mejorables como las largas colas en los puestos de comida que ya son casi un clásico del festival. Tras el cambio de equipo, está claro que la edición del 2020 va a ser muy importante para demostrar que es un festival consolidado.
Es un evento necesario para la escena, con un público definido y una buena filosofía. Este año nos pareció a nuestro entender que la afluencia fue mucho menor que en ediciones anteriores. Así que más, allá de los errores, hay que seguir apoyando una iniciativa tan valiosa que lo ha convertido en uno de los festivales imprescindibles del verano para la gente que disfruta de la música y huye del postureo de festivales masivos e impersonales. Larga vida a Huercasa.
Texto por Javier Casamor y Carlos Pérez Báez. Fotos y vídeos por Ana Hortelano, y Jesús Díez.
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