Crónica del primer día de la decimocuarta edición de Resurrection Fest el pasado jueves día 4 de julio en Viveiro-Lugo.
Resurrection Fest daba comienzo las jornadas oficiales tras una jornada de warm-up el miércoles a la cual asistieron 16000 almas. Primer vaticinio de récord de asistencia, que se acabaría batiendo en esta edición. Nosotros volamos de madrugada e hicimos un precioso tramo de carretera partiendo desde Oviedo. Desde Ribadeo ya se huele en toda A Mariña a Resu, llegar a Viveiro colocarnos la pulsera, alojarnos y reponer fuerzas un todo en uno en un día de bochorno y nubes bajas….
A paso ligero pasamos por el Parque de Covas inundado de tiendas de campaña y un ambiente festivo total. Viveiro y Resurrection Fest son la unión perfecta que pocos festivales tienen. Muy a nuestro pesar con Crystal Lake empezamos la jornada, lloviznando ya y augurando el preludio de lo que llegaría mas tarde. Los japoneses se sobrepusieron a la lluvia que a través de su actuación se hizo mas patente, aún así el Main estaba colmado. Resu y Son Estrella Galicia al acercarte a barras a pedir tu consumición, los camareros (En todo el festival de sobresaliente) te daban un poncho….venia el vendaval.
Los japoneses seguían descargando material de su cuarto disco «Hélix» como si nada, la peña dando botes a ritmo de su metalcore intenso. Estuvieron en la firma de discos al pie del cañón los nipones, venían de Barcelona y Madrid con Route Resurrection.. También vimos a la caravana Resukids por el recinto, que grandes, demostrando que un festival de rock, metal, músicas extremas o como lo quieras catalogar no difiere en nada de cualquier acto popular. Esta peregrinación ya mereció la pena en las primeras impresiones.
La lluvia nos cortó el rollo un poco, llevábamos pocas horas de sueño, antes de la siguiente actuación en el Main Stage pasamos de carpa en carpa viendo el pollo que estaban montando Kitai en Chaos Stage. Son especialistas en festivales y asiduos a la fiesta. Catamos el sonido del Desert Stage con Caboverde que fue como un bálsamo para la lluvia incesante, escenario en una campita de césped, escuchamos temas de su disco «La peor versión de nosotros mismos», un gustazo ver a los madrileños y su rock inundado de sentimientos, no todo en la vida es gutural….parte de Minor Empires en el escenario, otro aliciente.
Aún lloviendo, a paso ligero llegamos al Main Stage donde Gojira estaban machacando a la lluvia, lograron pararla ante un un mar de ponchos. Mi cuarta cita con los franceses y la mejor, derrocharon fuego y confeti. Energía que se convirtió en los primeros circle pits serios, llegamos a la tercera como pollos rojos, haciéndonos quitar los ponchos, un final de infarto con un sonido cojonudo todo el bolo, «Silvera», «L´Enfant Sauvage» o «The Shooting Star» como anteúltima, hubo surfeo en la modalidad boogie del señor Duplantier.
Sin dilación al Ritual Stage, Toundra comenzaban su bolo y era otro de los señalados. Esta banda siempre te lleva un punto mas allá, instrumentalmente hacen levitar al respetable, ya se oía la intro de «Vortex» su último disco, cayeron «Cobra» a piñón ante la arenga previa de Esteban y Maca. «Cruce Oeste» o «Tuareg» sonaron a gloria ante una noche que se preveía dura, no paraba de llover. La oscuridad se adueñaba del recinto y la cosa no pintaba bien. «Cielo Negro (Black Sky)» fue ya la rehostia, temazo del «III» que fue presagio de lo que venia. «Ara Caeli» también fluyó sobre nosotros. La peña se giraba para ver en el telón de Araya y compañía otra de las citas imperdibles de la noche. Otro bolo en la buchaca de esta banda tan querida en la revista, Toundra son canela en rama, y lo sabes.
Ante los rayos y truenos que precedían a la actuación de Slayer, lluvia ya incesante y tormenta cerquita del recinto. El Main Stage era un caramelo para rayo que se precie, se apagó potencia y rápidamente Resurrection Fest y su organización gestionó el contratiempo con comunicados claros y precisos, algo mas de media hora de retraso que nos hizo resguardarnos, cenar y reponer energías.
Tuvimos oportunidad de escuchar un par de temas de los vigueses Cró!, cuatro discos les contemplan, rock alternativo cuanto menos original, fusión de idiomas sintetizador y guitarras. Poquito más del ecuador de este primer día, y un cúmulo de sensaciones todas positivas, nada iba a poder con el Resu, aunque pintaban bastos.
Rayos y truenos sobre nuestras cabezas, se fueron alejando del recinto pero la lluvia no nos abandonó. Slayer son ya una institución, 40 añitos, muchos pensaron no durarían mas allá de la marcha de Dave Lombardo, se equivocaron. Kerry King y Tom Araya se han convertido en pareja inseparable desde la trágica muerte de Jeff Hannerman, con el que tuvo un detalle Gary Holt al sacar una guitarra serigrafiada con su logo. Paul Bostaph estuvo a las baquetas enorme también en la despedida peninsular. Comenzó el bolo, un pelín flojo de volumen…»Repentless» abrió fuego, nunca mejor dicho.
Fueron cayendo temas uno detrás de otro, los decibelios subieron y nos metimos en su atmósfera. Slayer podrían seguir alargando su leyenda ellos han decidido sea su «Final World Tour» y espero cumplan el pacto de caballeros, pues ésta despedida fue gloriosa. Momentos muy álgidos con «War Ensemble», «Hell Awaits» fuego e innumerables llamaradas sobre el húmedo escenario, no abandonó nadie a la banda el principal estaba colmado.
La intro de «Raining Blood» mas genuina que nunca, y la despedida con «Angel of Death» a lo grande, temas inmortales en el género. Huesos y posibles pies húmedos pero aquí estuvimos, Tom Araya se acerco al micro ante una despedida emotiva colmada de vítores y aplausos, y pudo mascullar tras unos segundos de silencio un muchas gracias. Son reciprocas. Se nos hizo cortito.
A saco ya empezaba Leo Jiménez su bolo en el Ritual, que por pedir algo pediría unas pantallitas que harían visibles mas ángulos. Desde Saratoga me enganchó a seguir siempre sus proyectos, gran voz desde tenor heavy a guturales inmensos. La banda que le acompaña le va a la zaga, algún problema durante fases del bolo con la guitarra (Había caído mucha agua) deslucieron el bolo. Aún así Leo y los suyos firmaron temas letales como «Misantropía» o «Con razón o sin razón» o «Keroseno» un placer volver a ver en directo a Leo y los suyos nuestra última vez fue con Stravaganzza. Cerraron con «No hay mas canciones para ti», cortito se hizo.
Dos guardianes de unos 8 metros con dos lobos de 4 y medio a ambos lados y un volumen de 1, 20 metros adornaban el Main Stage, precioso e impresionante, sin miserias. Uno de los principales motivos de nuestra presencia en Resu 2019 es Parkway Drive, la banda australiana nos facturó un croché el año pasado en Madrid que todavía seguimos digiriendo. De un segundo escenario, ahora en el main del Resu, hicieron una entrada triunfal, como parte de su espectáculo visual, pirotecnia, fuego y energía musical.
Nos parece esta banda en su ascensión meteórica y sus bolos de puro metal y toques hardcore a saco de lo más divertido de disfrutar en directo, sin postureos. Basaron su set list en el éxito de sus dos últimos trabajos, mas asequibles para los viejos tímpanos metaleros. «Reverence» sobre todo, o «Ire», son dos discazos producidos de manera soberbia y que defienden en combate noqueándote de facto. La entrada que decir, triunfal, con dos bemoles, están en la cumbre y Winston Mcall y los suyos lo saben, como ilustres gladiadores entraron al coso de Resurrection Fest.
La intro de «Wishing Wells», vellos de punta, sonido bueno, ya estábamos botando el personal, este tema es una patada en la entrepierna….El diablo y dios han muerto dentro de mí, muchos dioses han caído…..son grandes los aussies. «Prey» seguidita, según van….en el bolsillo…los coros y el metal unión sempiterna. Se fueron al «Horizons» su tercer trabajo, sin problema las guitarras de Jeff Ling y Luke Kilpatrick nos taladraban la mente. Llamas que alumbran el camino, levántate siempre, Parkway Drive lo consiguen «Vice Grip» habla de ello. Con «Karma» de su tercer trabajo, tienen seis, la cosa fue mas lineal, guardaban «Cementery Bloom» y a degüello «The Void». «Idols and Anchors» y «Dedicated» a crucero metalcore y otro subidón general con «Absolute Power» y sus petardos explosivos. «
«Writings on the Wall» pasó el protagonismo a cuatro instrumentistas de cuerda inmersas en unas plataformas en el escenario, otro detalle de calidad., que continuó con «Shadow Boxing», vaya lección se estaban marcando estos tipos. Con la batería a lo Tommy Lee hubiese sido la hostia. Wild Eyes»del disco «Atlas» es otro de sus temas, «Crushed» y » Bottom Feeder» pusieron la guinda a uno de los bolos, no del día, quizás del año, aunque había Resu aún por delante.
Por piernas nos dividimos para en la complicada salida hacia el Chaos Stage donde los polacos Batushka retenían a peña ávida de black metal con una parafernalia monumental. Nos costó llegar entre la marabunta, mucha gente abandonaba el Main Stage exhaustos. Llegamos a un lateral del Chaos donde The Adicts otros que llevan cuatro décadas hacían flipar a la peña con «Chinesse Takeaway», vaya día llevábamos, el Resu es mucho Resu, reventados aguantamos la traca final. «Bad Boy» dio paso a la archiconocida «Viva La Revolution» terrible, nos hizo reaccionar y dar lo poco que nos quedaba. Flotadores inflables volando, en el escenario mas cachondo, el final apoteósico con el cover «You´ll Never Walk alone» y el despiporre…que jodidos son los solapes…..por piernas al Desert a ver a un ilustre como Brant Bjork, con decir Kyuss o Fumanchu la cosa esta clara, progenitor del stoner y del rock desértico. Presenciamos al maestro cerrar la jornada en el Desert Stage, vivimos «Let The Thuth Be Known» , junto a Sean Wheeler de Throw Rag se marcó «Chocolatize» o «Somebody» donde poco a poco abandonamos el recinto, caminando fuimos asimilando lo vivido.
Pulsera de actividad del día: 24019 pasos y el ritmo cardiaco con picos de 140 bpm.
Por Jabier Rioboó-Ignacio Aguado
Galeria@Resurrection Fest 2019 jueves 4 julio 2019