El músico, compositor y artista visual estadounidense Daniel Johnston, una figura esencial de la escena lo fi y el indie rock, murió este miércoles a raíz de un ataque al corazón. Tenía 58 años.
Con un estilo que oscilaba entre la ternura y la oscuridad, las canciones de Johnston se volvieron pequeños himnos de la escena musical independiente. Fue un artista torturado, ya que padeció esquizofrenia y cuadros maníacodepresivos, una historia de vida que mostró el icónico documental The Devil and Daniel Johnston.
Genialidad o fallo neuronal, el caso es que el cantautor norteamericano Daniel Johnston lo hacerse con un nombre que grandes luminarias del rock reivindican. Obsesionado desde niño con la música y volcado en ella a pesar de sus trastornos bipolares, Daniel Johnston ha ido construyendo un personaje tan extraño y a la vez atractivo como la persona que lo encarna.
Pocos años atrás, el músico había anunciado que iba a retirarse de los escenarios por algunos problemas de salud.
Sus canciones fueron elogiadas por David Bowie, Yo La Tengo, Sonic Youth, Eddie Vedder, Beck, Spiritualized, Jeff Tweedy, The Flaming Lips, Bright Eyes y Matt Groening, el creador de los Simpsons.
Además Groening ha manifestado muchos elogios a los dibujos que realiza Johnston, que casi siempre ilustran sus discos y que formaron parte de una muestra de artes plásticas.
Muchas de sus canciones tratan sobre su amor no correspondido hacia una mujer llamada Laurie Allen, la que pasó a ocupar la figura de musa idealizada en la que se inspira.
Después de que ella se casara con un empresario funerario, Johnston comenzó a componer letras en las que Laurie aparece asociada a la figura de la muerte, combinándose con su relación simbólica al amor no correspondido.
Además de su trastorno bipolar Johnston padece de diabetes mellitus del tipo 2.
En 1994, Johnston lanzó «Fun», su único álbum publicado en un sello grande como Atlantic Records y con el productor Paul Leary, de los Butthole Surfers, grupo del que Johnston ha sido telonero en varias ocasiones.
El álbum vendió poco más de 6.000 copias, por lo que el sello terminó la relación con Johnston, e inclusive su trastorno mental también le costó un contrato con el sello Elektra Records, ya que el músico aseguro que era «un sello demoníaco».
‘Lo-fi’ (Low Fidelity) se refiere a un género de música que por lo general es grabado de manera casera, con equipos de baja fidelidad, sin mayores costos económicos, con el objetivo de alcanzar un sonido natural y auténtico. El lo-fi cada vez alcanza mayor popularidad en Chile y a diario salen nuevas bandas que ejecutan su música con estos métodos de producción, ya sea en cassette, con grabadoras de voz y hasta incluso con el celular.
No se conoce con certeza el origen exacto de este concepto. Por lo demás, como se refiere a una forma de hacer música más que a un sonido en particular, el espectro que abarca es muy amplio y son muchos los artistas que son considerados como lo-fi. Dentro de sus exponentes se encuentran Beck, Pavement, Animal Collective, Mac DeMarco, Homeshake, entre otros. Sin embargo, probablemente ninguno de estos proyectos hubiera sido posible, de no existir Daniel Johnston: el pionero del lo-fi.
Daniel nunca pudo alcanzar el éxito comercial con su música. Pese a eso, su arte y su figura fueron elevadas a la categoría de culto por muchos otros artistas quienes apreciaron la sinceridad de su obra. Uno de ellos fue Kurt Cobain, el fallecido vocalista y guitarrista de Nirvana, quien en más de una ocasión confesó su admiración por Johnston.
De hecho, cuando la carrera de Daniel Johnston parecía haber terminado, el ídolo del grunge apareció en los premios MTV 1992 con una polera de la emblemática portada del disco Hi, How Are You?, generando eco en el público, quienes querían saber quién era el artista que tanto idolatraba Cobain. Tras esto, sellos discográficos como Elektra y Atlantic Records quisieron ficharlo para grabar un disco, se quedó con el segundo, pero lamentablemente su álbum Fun (1994) fue un fracaso en ventas y fue sacado de la compañía. DEP