Los encargados de programar este notable ciclo de «Los Conciertos salvajes» andan empeñados en repoblar la supuesta «capital» de esta autonomía con pinos de la cercana Tierra de Pinares y en esta segunda incursión nos han acercado uno de los buenos….esos si de Tennessee, pero de los buenos de verdad…No es la primera vez que nos visita y a buen seguro no sera la ultima porque no puede ocultar un cierto amor por estas tierras, y en esta ocasión embarcado en un amplio tour que le ha llevado por la Península Ibérica para presentar su nuevo trabajo «Natural Disasters» (2019), un trabajo donde el rock and roll, gana en protagonismo pero sin olvidar su pequeña cuota al country; un trabajo en sus propias palabras «inspirado en un mundo volátil y en las dificultades a las que se enfrenta la gente», y que justifica el título, ese «Desastres Naturales» aunque siempre confía en que «quede un poso de esperanza cuando lo escuchen», sin olvidar ese pequeño guiño a la banda, de la que toma prestado el nombre, una banda, resta decirlo, impecable y honesta, integrada por Weston Harris Hill en la guitarra eléctrica y coros, Jeremy Mackinder al bajo y coros, junto a Jon Whitlock a la batería.
El músico oriundo de Knoxville (Tennesse-USA), es casi de obligada cita si se acerca a tu localidad y es que, visto lo visto hasta la fecha, cualquiera de sus conciertos son de esos que quedan grabados en tu retina por mucho tiempo. Como ya comente con anterioridad cuentan que Matt Woods «se ha pasado mucho tiempo conduciendo por todos los Estados Unidos repartiendo sus canciones a cualquiera que se interese en escucharlas», y es que afirma que «estoy en la carretera entre 9 y 10 meses al año, por lo general». Su música se alimenta del rock clásico americano, pero de ese grasiento y directo; de ese genero denominado americana y navega entre la música country de raíces americanas, y en la quepodemos encontrar influencias de artistas como Steve Earle, Kris Kristoferson, Sturgill Simpson, Jason Isbell, Cory Branan, Waylon Jennings, o de esa energía de su último trabajo que le remite al mismísimo Bob Seger, algo que le gusta y que ve como un cumplido, y nos habla de la verdad, de esos sueños rotos, de esa «amargura que rodea la política estadounidense y comienza a manifestarse en las relaciones personales», de esas ganas de dividir países, familias y hogares, y de dejar de lado que «todos somos capaces de amar y reír juntos y es que el mundo es pequeño, y, porque !no¡, podemos disfrutar todos juntos».
Dos horas enormes, de un músico que transmite honestidad y sinceridad, que se dejo las entrañas sobre el escenario y que no defraudo a una parroquia que sigue fiel a su cita dominical, una parroquia con un cierto grado de exigencia, pero que una vez más, y van unas cuantas, salio con una sonrisa en sus caras, y es que raramente este ciclo defrauda y eso tiene mucho merito y trabajo….
Texto y fotos por Jesús Díez.
