El genio de Nashville vuelve como cada año, cercano a las fiestas navideñas, a un país que considera su casa. Ya le esperamos con gozo como cuando se acerca una fecha que sabemos ineludible, como cuando un amigo viene a cenar en la misma semana todos los años. Ese es el espíritu de la visita de mi amigo Tim Easton.
Una gira europea con parada en España, Bélgica y Holanda donde esta vez Barcelona, Palma de Mallorca, Madrid y San Sebastian son las ciudades que visitará el genio en lo que a él le gusta llamar viaje gastronómico por un país, España, que adora. La última vez conversaba con él más de morcilla y boletus que de música. Y es que el tipo es tan bueno y deja las cosas tan claras sobre el escenario que poco más hace falta comentar después de sus bolos. Tim es un zasca en toda la boca a las músicas de mierda que rodean nuestra sociedad estos días. Easton es la demostración de la libertad musical y su visita es una especie de limpieza espiritual.
Viene a presentar su loncha «Exposition» que como es costumbre en sus últimos trabajos viene precedida de una campaña de crowdfunding en la que ofrece chuches y chocolates en forma de láminas exclusivas pintadas por él mismo y otros bundles para disfrute del coleccionista.
Además su trabajo no sale en plataformas hasta meses después de que sus fans hayamos disfrutado del formato físico convenientemente.
Vuelve con su guitarra Paco, esa maravillosa Gibson con vida y nombre propio, a pisar en solitario las tablas de los escenarios europeos. En las citas españolas tendremos la suerte de ver a Tim junto con Germán Salto y JP Olsen, lo cual hace más apetecible el menú. En Madrid cubriremos su bolo en la sala Trashcan, echando de menos la vela íntima del año pasado en el mítico Café Libertad 8. Contamos los días para abrazar a Tim. Salud!