«Hay una historia en el mundo de la música que se repite una y otra vez, una especie de deja-vu en la que cambian las personas pero la situación es la misma. Y nos podemos remontar al pasado siglo y seguir atravesando el túnel del tiempo hasta los trovadores medievales. La misma vieja historia, músicos en la carretera que sueñan con canciones, melodías, pasión y un reconocimiento que se hace difícil y complicado.
Tommy Lorente & La Cavalerie dieron un concierto lleno de aptitud y actitud. Sin venirse abajo por la escasa asistencia de un público que asistimos cada vez con mayor convicción, por lo menos por mi parte, que aquello que llamábamos rock and roll viaja en una vía muerta hacia un final que en el mejor de los casos es un muro y en el peor un precipicio sin fondo, aparte del pregeriátrico que empezamos a parecer con nuestras camisetas y el síndrome de post adolescencia que creemos tener.
Al grano. Tommy y su banda no se guardaron ningún as bajo la manga, y sonaron con más contundencia que en las grabaciones temas de sus dos primeros discos, ya de partida más que notables. El trío sobre el escenario era una alegría al ver algo que escasea tanto últimamente, sonaban a VERDAD, sin trampas, engaños o medias verdades. , “Mirabelle”, Arthur”, “B.B.”, “J´ai Connu Mieux”, “Katrine” o “La Réve Americain” adquirían nueva vida en un directo directo y sin trampas. Un trio básico que mezcla su coctelera rock con pop y pop con rock, y rendidos homenajes a The Someloves (Don Mariani rules!), The Only Ones (Peter Perrett rules!) y Jacques Ductronc. ¿Se puede pedir algo más para una noche de viernes. Gracias Tommy & La Cavaleria.»
Texto por Tomi Díez. Fotos por Jesús Díez.