El viernes 6 de diciembre de 2019, en el Aguere, esperando por el concierto de Carolina Durante, una amiga me hizo un test de una pregunta. La había escuchado en la radio -vamos, que no era de ella- y me la planteó a modo de entretenimiento hasta el comienzo del concierto. La pregunta decía algo así como «si pudieras cortar con un cuchillo la historia de la música, cortando justamente en este momento, ¿con qué parte te quedarías?».
Respondí rotundamente, sin dudas: «con lo que está por suceder, con lo nuevo y con lo no influenciado». Coincidimos en qué mitad nos interesaba y en que no es la respuesta habitual.
Otra vez, el inagotable equipo de Planet Caravan, los promotores, han puesto mucha leña en el fuego para conseguir mantener esta escena lo suficientemente caliente.
Carolina Durante descargaron toda su intención y su buena voluntad ante un público entregado que prácticamente llenó el recinto. Reminiscencias punk . Mucha juventud en las primeras filas. Jóvenes desglosando el repertorio de la banda que se extendió alrededor de 20 trepidantes canciones durante las cuales no hubo tregua ni descanso. Sus clásicos, alguna novedad y toda la insolente rebeldía de la que hacen alarde habitualmente.
Lamentablemente, a medida que las fuerzas fueron mermando, el espectáculo se fue desinflando. Y es que para convencer no sólo valen las ganas de hacerlo. Salvo en los dos últimos temas -«Cayetano» y «Joder, no sé»- la segunda mitad fue en claro descenso. Hasta el punto de alcanzar ese momento en el que hubiese querido hacer aquel corte en la historia de la música justo después del concierto, y no antes.
