Extremoduro, Amores, lágrimas y sonrisas.

Creo que cualquier tema de Extremoduro se conecta con mi subconsciente elevándome el ánimo y ofreciéndole a mi alma un enérgico masaje que me resulta amable y reconfortante.

“que una chica me sonríe demasiado para mí”

 

Es como pasear por dentro de mí. La intensidad de su música y sobre todo sus letras me han ofrecido, en tantas ocasiones ganas de sentir, de volar, de amar. ¡Que aquí no pasa nada!

En momentos como este me paro a pensar en mi propia vida, esa que se evapora a velocidad de vértigo, y dirigida por factores externos se me escapa entre las manos.

Escucho ahora que es el final de los Extremoduro y no me lo creo, y todo se tambalea de repente, y temo su desenlace, y a mí me gustaría controlarla como un guiso, a fuego lento.

“¿Dónde están los besos que te debo?
En una cajita; que nunca llevo el corazón encima
por si me lo quitan

Irremediablemente pongo uno de sus discos, y de repente, me doy cuenta, porque pasa, porque hay cosas que estando allí siempre, no te detienes o no deparas en ellas hasta un determinado momento.

En Extremoduro se encierra la banda sonora de toda mi puta vida.

Escuchándolos rememoro decisiones, situaciones, momentos, vivencias, sensaciones y aventuras que me retrotraen a un pasado más o menos feliz, y  a recuerdos con felicidad que quizá no fueron así pero que inevitablemente me traen fragmentos de mi pasado, aquello de lo que fui, y ha hecho que hoy sea lo que soy.

«Y me busco en la memoria el rincón donde perdí la razón,
y la encuentro donde se me perdió cuando dijiste que no.»

Le doy las gracias a Extremoduro porque son parte de lo más cercano a lo que yo soy hoy. Y escuchándolos reconozco mi propia existencia y mi más auténtica dimensión.

En mi adolescencia su música me vino a salvar y con ellos caigo a mi mejor tiempo. Recuerdo exámenes, mis primeros amores, y aquellas amistades tan auténticas.

Me tatué un indio con 18 años, porque lo prefería ser a un importante abogado, y me acuerdo entodavía cuando me besabas y yo la cague volviendo a tiritar.

Mucho más tarde decidí aprender a hacerme yo la maleta porque era mucho más sencillo así.

«Me da igual. me voy a poner deltoya sin parar.
me da igual deltoya.»

Me olvidé de poner en el suelo los pies y me siento mejor.Nunca olvidaré a mi madre cantando aquello de: “Afuera de mi casa tengo flores, sembradas en el campo como a ellas les gusta estar”.

Extremoduro me sacó un poco de mi locura, me apegó un rato más a la vida.

«Y empiezo a pensar, ¿a ver qué me dice después?”

Extremoduro es mi felicidad de no sentirme solo en este mundo, de tener un territorio propio lleno de esperanza, Extremoduro nunca morirá porque es parte de nosotros.

Con ellos empecé a soñar, hizo del amor mi idioma, el sexo su traductor universal, y una sonrisa por mi bandera, y todas esas noches con papeles en blanco.

Sin duda uno de los mejores directos en los que he estado, y para mí “La ley Innata” es el mejor álbum de rock en castellano.

20191221-extremo-2

“Si te vas
Me quedo en esta calle sin salida
Uhhh, sin salida
Que este bar, está cansado ya de despedidas
Uhhh, de despedidas”

 

Gira de Extremoduro

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