Ayer por la noche volví a constatar ese tópico tan tópico de que el RnR no es una ciencia exacta, de que lo principal no es el dominar la teoría. De hecho, la teoría, el estudio técnico de la música, el empaque formal, a veces no es lo más importante. Si lo es el aprendizaje, la formación y las (miles) de horas de ensayo y kilómetros de carretera. Los Zigarros poseen ese plus intangible imprescindible para transmitir, para convertir una rutinaria noche de sábado en una de esas veladas para recordar. Supuran energía, voluntad perpetuadora de un arte en (casi) vías de extinción y actitud, mucha actitud.
Salieron a escena con la acústica “La trampa” sonando por los altavoces , y comenzaron atacando “Apaga la radio” , con esa guitarra tan deudora de los Who. Con “Espinas” (puro boogie y con un estribillo imbatible), la gamberra “No obstante lo cual” y la anfetaminica “Odiar me gusta” (que importante son los coros en las canciones que cabalgan en ritmo) fueron desperezándose, pero no fue hasta “Mis amigos” (puro Tequila con varias marchas de más) cuando el conjunto comenzó a despegar.
“Tendrías que haberla visto bailar” es posiblemente su pieza más elaborada, lo más cercano a una balada épica que tiene el grupo : el trabajo de Álvaro con la guitarra de doble mástil fue de chapeau, un guitarrista tan completo como variado. “Desde que ya no eres mía”, con ese sonido Pop 60’s, «¿Que harás, amor?», llena de Groove, y el rescate de la época de Los Perros del Boogie “De nada sirve hacerse mayor” certificaron la (necesaria) solidez de la sección rítmica formada por Adrián Ribes a la batería y Nacho Tamarit al bajo.
La ochentera “Con sólo un movimiento”, la festiva versión de “Wipe Out” de los Surfaris y ese Blues arrastrado que va a más que es “Cayendo por el agujero” precedieron a la fusión de dos de sus mejores temas , “Resaca” y “Voy a bailar encima de ti”, demostrando que pocas bandas de este país rockean como Los Zigarros. Ovidi (uno de los mejores frontman de la actualidad, un cantante old school que se cree su papel al cien por cien) anunció la radiable “Malas decisiones” , seguida de “Tenía que probar”, con un gran interludio instrumental.
En “A todo que sí”, doblando guitarras, sonaron a ZZTop vía “Eliminator”, en “Dispárame” nos recordaron a los primigenios AC/DC , con un falso final de matrícula de honor , y cerraron con la Stoniana “Hablar, hablar, hablar”. Trio de ases en los bises: “Baila Conmigo” (O como fagocitar a Status Quo y los Faces y caer de pie), la lujuriosa “Dentro De La Ley” y una” ¿Qué Demonios Hago Yo Aquí?” que sonó a Fogerty con el selector del volumen al 11. Una gran noche de RnR, con una banda sudando la camiseta desde el primer segundo, con grandes canciones y la convicción de que la energía (Chuck Berry o Little Richard) no se crea ni destruye, solo se transforma. Long Live Rock’n Roll…!!!
Texto por Albert Barrios. Fotos por José Figueres.
Escucha «Apaga la radio» (2019) de Los Zigarros:
