Marc Ford anuncia nuevo proyecto musical llamado West Coast Reunion junto al también cantante y compositor californiano Eric Lindell. Por el momento el norteamericano tiene amarrado conciertos la próxima primavera en Estados Unidos, a la espera de anunciar una gira en verano y próximo otoño.
El compositor, guitarrista, cantante y productor norteamericano de Ryan Bingham, The Steepwater Band, los ingleses The Phantom Limb o músico de sesión o giras para Govt. Mule, The Blind Boys of Alabama, Izzy Stradlin, Booker T. Jones, Ben Harper entre otros, fue muy conocido en la escena musical californiana triunfando a finales de los años ochenta con el genial trío de Blues Rock Burning Tree junto a Mark Dutton al bajo and Doni Gray a la batería.
Poco tiempo despúes en 1991 The Black Crowes sustituyen de su formación a Jeff Cease por Marc Ford como segundo guitarra y ofreciéndole a la banda un sonido más twang y chirriante, muy al estilo Neil Young grabando tres grandes discos, el segundo «The Southern Harmony and Musical Companion» (1992), un súper ventas y los siguientes «Amorica» (1994) y «Three Snakes and One Charm» (1996). Marc Ford era fulminado de The Black Crowes en 1997 tras continuas peleas con los hermanos Robinson y abuso por el consumo de drogas.
Marc Ford continuó con diferentes proyectos en solitario tras su ruptura con los «cuervos» publicando cuatro discos en solitario en Marc Ford & The Neptune Blues Club, Jefferson Steelflex, Fuzz Machine o Marc Ford & The Sinners. Marc Ford es miembro en la actualidad de The Magpie Salute, pero tras esta nueva reunión de los hermanos Robinson, la banda está en un compás de espera.
El californiano Eric Lindell lleva toda la vida en esto. Este currante decide con 30 años marcahrse a Nueva Orleans y realizar su música desde allí, desde donde ya ha publicado varios discos, algunos bajo el sello de Alligators records, otros autoeditados. Cantante y guitarrista de fondo blues, pero de sonido soul, su música es una mezcla de la tradición americana del delta del Mississippi. Se mezcla con gracia (y con una insultante soltura) el soul más blanco con el funk más negro de Nueva Orleans, y el blues como colchón donde descansa todo.
