Con un poquito de demora saltaban los chicos de los Kaiser Chiefs al escenario la noche del miércoles 5 de febrero en La Riviera. Sorprendido de la escenografía que se curraron para el show, con ruedas de tractor a modo de tarimas para batería y teclados, y vistiendo muy de blanco, empezaron con un tema de su ultimo disco “People Know How to Love One Another”, después de una intro (sorprendido me quedé, pero no pillé el mensaje), que reconocí como “Money for nothing” de los Dire Straits.
Estos chicos, o no tan chicos ya, nos tienen acostumbrados a festivalear, y desde hace ya años que los vi en salas de Madrid, no había vuelto a tener el placer de disfrutarlos en una actuación hecho solo para ellos. Y eso se percibe en la dinámica del espectáculo. Se notaba que les costaba conectar con el público, a pesar de que el respetable estaba a pata alzada esperando liarse a pegar botes que solo duraban los primeros compases de cada tema.
Y es que creo que, como yo muchos más, tenemos tan metidas en la cabeza las canciones del genial “Employement”, que lo demás, salvo el tarareadísimo “Ruby”, no nos agita las vértebras en demasía, y eso que no quedó por su parte el intento.
Wilson, que siempre anda como pollo descabezado por el escenario, estuvo comedido, que no apático, para lo que nos tiene acostumbrado en otras apariciones.
Show correcto, cantante poco hablador entre temas, una buena entrada de público para ser un miércoles fresquete, un muy buen trato de los controladores de accesos y de la gente de Live Nation, cierre de bolo con la potente “Oh my God”, y contentos de que “Duck” sea una tímida vuelta a lo más New Wave de los de Leeds, disco interesante, con temas interesantes, del que si me permiten elegir, me quedo con “Golden Oldies”.
Texto por Luismi Villarrubia y fotos por Mila Checarelli.