Surgió la posibilidad de ver en directo a Maria Rodés cerca de casa: para decidirme escuché entero su último disco “ Eclíptica” , y aunque a priori su propuesta musical estaba en las antípodas de mis (eclécticos, pero no universales) gustosmusicales, pensé que no podía haber mejor plan un viernes por la noche que acercarme al pequeño escenario de 66 butacas de la Cate de Figueres e investigar y dejarme llevar por el mensaje y musicalidad de Maria. Pues acerté: estuve en el lugar perfecto en el momento perfecto.
Cuando el vinilo de “ Eclíptica” comienza a rodar en el plato inmediatamente te das cuenta que su voz es tremendamente personal e intransferible, autentica ,limpia y libre de artificios. Eso tan intangible que siempre busca el músico, y que no tiene que ver con la perfección formal, sino con la capacidad de transmitir, emocionar y a veces hacer reflexionar. A todas estas virtudes se le suma encima de las tablas la del control absoluto de su voz traducida en una suave contención que a veces estalla en mil pedazos para desatarse en arranques de pura pasión.
Acompañada en la guitarra por la excelsa todoterreno Isabelle Laudenbach, “El Día Que Nací Yo” inició el recital con un toque flamenco otorgado por las dos guitarras al unísono. El cuerpo del concierto se dividió en tres bloques, mezclados con total naturalidad : versiones, nuevas canciones de su nueva propuesta conceptual y la presentación de “ Eclíptica” : de su último trabajo sonaron a continuación “Luciérnaga En El Suelo” (con una voz que comenzó a destacar , y mucho), “Nana Negra” (que gran comienzo a dos voces) ,”Sirena” , “Eclipsi”,tan triste como melancólica y “Luna No Hay”, canción marca de la casa más rítmica de lo habitual.
“Risas” ,de su nuevo proyecto que girara´ entorno a las brujas, comenzó con la ayuda de un violonchelo a ritmo de vals, desatándose al final .En el cuplé “Flor Del Mal” comenzó transmitiendo serenamente, para shockear después al público con una calidad de voz extrema. Se llevó a su terreno “Me quedaré soltera” de la añorada Cecilia, demostrando cuando cantó a capella su inagotable fuente de recursos. Se quedó sola para atacar “¡Ay pena, penita, pena!” pidiendo la ayuda de una concurrencia ya rendida a sus pies.
“Mirall” sonó más pop que nunca, frenó y desnudó “L’ocell” de Joan Colomo, y la nueva “Carta al diablo” y la ranchera “La bruja” precedieron a una sentida versión de Los Chungitos pre-Rosalía ( grabada en 2014). “Fui A Buscar El Sol” (perfecta síntesis de su talento) y “Chocaría Conmigo” (expandida por el juego de dos voces) precedieron al bis final con la festiva y dulce ranchera “Ojalá Que Te Vaya Bonito”.
El talento no sabe de etiquetas, la personalidad propia y la certeza de estar en el buen camino abre las mentes y los oídos de los que quieran disfrutar de la buena música, de la música autentica, trabajada día a día, lejos de los grandes focos del mainstream. Maria Rodés es desde ya mismo una de los nuestros.
Texto por Albert Barrios. Fotos por José Figueres.
Escucha «Eclíptica» (2018) de María Rodés:
Escucha el nuevo trabajo de Maria Rodés «Lilith» (2020)
