DeWolff llegaron a Barcelona el pasado 22 de febrero a la sala Wolf dentro de una gira nacional para presentar su último artefacto: «Tascam Tapes». Disco publicado este año y que fue grabado, compuesto y escrito durante su anterior gira, sin batería, sin Hammond y sin amplificadores de guitarra. Todo grabado en un magnetófon grabador de bobinas Tascam.
Abrieron fuego los también holandeses Dawn Brothers, con una estupenda descarga de Rock’n’ Soul de alta velocidad presentando su último disco «Next Of Kin». Aquella noche rebrotaron las almas de los días de Joe Tex, Wilson Picket u Otis Redding, con su líder y cantante Bas van Holt jugando con el papel a ser Fogerty, poniendo la sala en un estado de ánimo y ritmo apropiado.
Pero llegó el momento de que el protagonista de la noche trayese todo el fuego. DeWolff salidos como de una máquina del tiempo de los años 70, con ese corazón negro inherentemente. Lo que hizo DeWolff en Barcelona fue canalizar todos sus jugos creativos a través de una grabadora de cassette de cuatro pistas Tascam de los años 80 y transportarlos al escenario.
La noche catalana de DeWolff dentro de la presentación oficial del Azkena Rock Festival fue un jugoso y sabroso cóctel de fuzz, funk, blues, soul, rock … tanto que tal vez un nuevo género musical, llamado DeWolff, naciendo ante nuestros propios oídos. Música que nos hizo bailar como si estuviéramos por cualquier calle en ropa interior: tu alma desnuda para que todos la vean, el sudor, la sangre que brota por tus venas, los órganos que bombean, todo en exhibición sin ningún lugar donde esconderse.
Ridículamente retro DeWolff en Barcelona. Ridículamente relevantes, ridículamente reales. Jodidamente ridículo lo buenos que son estos tipos.
Texto por Dr. Hackenbush y fotos por Desi Estévez.