“The Gift: The Journey of Johnny Cash” es un monumental documental que se estrenó en YouTube, a finales del año pasado en la serie YouTube Originals. El documental presenta material de archivo de Cash recientemente descubierto y entrevistas con Bruce Springsteen, Robert Duvall, Emmylou Harris, Jackson Browne, Paul Muldoon, Dwight Yoakam y con miembros de su familia como Rosanne Cash y John Carter Cash, a través de filmaciones caseras perdidas, entrevistas de audio y material de archivo y fotografías recientemente descubiertas. El documental puede verse con subtítulos.
“The Gift” está dirigida por Thom Zimny («Elvis Presley: The Searcher” y “Springsteen on Broadway”) un habitual colaborador de Springsteen, repleta de tesoros en cuanto a material sonoro nunca escuchado de propia voz de Cash. Estremecedor documento presentando el lado de Cash que nunca antes se había visto. Altibajos en su carrera y en su vida, desde su adicción a las pastillas recetadas hasta triunfos como “Johnny Cash at Folsom Prison”, su activismo por los derechos de los nativos americanos y su posición general con los desvalidos y sus últimas grabaciones con Rick Rubin.
El documental muestra los secretos mejor guardados de El hombre de Negro, dando al mismo tiempo dar a conocer a muchos jóvenes de hoy día a una de las figuras fundamentales del rock y sus orígenes allá por los 50.
El apego de Cash por la tradición y la rutina que tanto horrorizaba al rock lo salvó de ser un proyecto maltrecho antes de tiempo. Si Elvis creyó ser más importante que el público que lo convirtió en ídolo y le hizo la venia al sistema alistándose en el Ejército de los Estados Unidos, perdiendo en la decisión a todos sus seguidores rebeldes, Lewis creyó literalmente que los jóvenes rockeros podían hacer lo que les viniera en ganas y se casó con su prima menor de edad, ganándose así la condena inmortal de una sociedad pacata como pocas.
Cash, en cambio, se abrazó al amor, la familia, las drogas y el country, visitando el rock pero siempre con previo aviso, al que modificó en buena medida. De alguna manera el gran Johnny dejó que todo lo hicieron otros antes, para después llegar él y hacerlo bien, con la sencillez y la profundidad de los hombres correctos, como lo demuestran sus recitales en la cárcel. Eso, en un mundo que aceleraba su desquicio, lo convirtió en el tipo admirado y reverenciado por el hombre común.
Estar cerca de Johnny Cash fue una mis experiencias más mágicas e intimidantes que he tenido nunca, cuando lo vi por primera vez en una manifestación en 2002 contra una posible invasión de Estados Unidos contra Irak en la ciudad de Los Angeles. Era alto y sus ojos parecían haberlo visto todo, como si hubieran absorbido todas las lecciones de sus experiencias de vida pero también como si estuvieran hambrientos por más. Fue muy emocionante verle allí.
Johnny Cash fue uno de los mitos fundamentales de la música norteamericana. Cash no se conformó con una sola etiqueta para su estilo pero sí se las arregló para apuntarse a todas las fiestas. Salió de farra con Elvis, defendió a Bob Dylan cuando todos lo atacaban y grabó junto a U2.
Y al final de su discografía, versionó a Nine Inch Nails, a The Beatles, a Will Oldham, a Simon y Garfunkel, a Beck, a Nick Cave, a Depeche Mode, a quien le diera la gana, sabiendo que ya nada le era ajeno porque él era de todos.
Fue Jekyll y Hyde. Un cristiano apasionado pero no fanático y patriota confeso lejos de todo patrioterismo. Recuerdo ver una entrevista en televisión y este dijo: “eso de lo que estoy enfermo no tiene cura”. Y agregó: “Tampoco es tan grave: la vida tampoco tiene cura”.
Johnny Cash quien siempre vistió el más feliz de los lutos, tenía razón. Y morirse de haber vivido tanto fue una de esas noticias tristes, sí pero fue una de esas noticias tristes que no dejan de ser una buena noticia. Definitivamente Cash. Obra maestra «The Gift: The Journey of Johnny Cash»