En 1975, después de la descomunal tarea que supusieron «Tommy» y «Quadrophenia», The Who entregaron un disco simple e intrascendente que, miren ustedes, es al que vuelvo una y otra vez desde que lo compré en aquella edición de lanzamiento especial para el Círculo de Lectores (me gustaría saber quién estaba detrás de la política de discos del Círculo, capaz de ofrecer joyas como un disco de singles y caras B de T. Rex o éste mismo).
The Who by Numbers, independientemente del desencanto que expresan las letras de Townshend y de la desgana con que según cuentan abordaron los músicos las sesiones de grabación, es un disco fresco como una lechuga, con diez canciones redondas, ninguna de ellas sobra. Y ninguna sobrepasa los cinco minutos, cosa que fue muy de agradecer en aquellos años en que los excesos empezaban a ahogar la música, y todavía hoy se agradece cuando pinchas el disco.
Aunque el arranque con «Slip kid» (qué tema más enérgico, qué inicio más excitante) parece que pudiera llevarnos a unos The Who explosivos (y no dejan de serlo, por ejemplo, en «Squeeze Box» o «Dreaming from the waist»), lo cierto es que la mayoría del álbum se mueve en tiempos lentos, con piezas acústicas incluso (como «Blue, red and grey», en el que Townshend suena tan íntimo como si estuviera en tu cuarto, ¿lo está?). Y es en esas piezas engañosamente dulces, como Imagine a man» y «How many friends» donde el disco crece con rabia y brío. Daltrey está soberbio de voz, como siempre, pero en este álbum la producción lo evidencia quizá más que en otros, haciendo que nos llegue clara y expresiva.
No es la obra cumbre de The Who (¡cómo iba a serlo!) pero es mi favorita, y después de ella poco más hubo. Keith Moon murió y el resto es un epílogo.
Existen discos igual de buenos que «The Who by Numbers» de The Who, pero no mejores…
Escucha «The Who by Numbers»(1975) :
NO MUSIC. NO LIFE. PLAY IT LOUD, MUTHA! FUCK YOUR SPEAKERS. MAKE ART NOT FRIENDS. MUSIC IS MEDICINE
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