La neozelandesa Sarah Mary Chadwick publicó nuevo álbum titulado «Please Daddy», otra exploración oscura de once cortes desde esa mente sombría no apta para corazones débiles.
Sarah Mary Chadwick, artista visual y multiinstrumentista, popular en comunidad musical underground de Melbourne, se pasó una década al frente de la banda de grunge llamada Batrider, para luego cambiar su enfoque en la composición de canciones, inspirándose en viejos músicos y extraños de Nueva Zelanda.
Escuchar la música de Sara, es percibir su angustia manifestada en momentos sombríos y silenciosos del disco, pero con mayor frecuencia el tormento se manifiesta al romper la voz de Sarah mientras canta a gritos, a través de letras dolorosamente delicadas.
Esas canciones se mueven lentamente como lodo, arrastrándose con intenciones infernales y tormentos tangibles, llevándote a través de las trincheras mientras Chadwick explora los enredos de una mente en la miseria. No hay cura, ni bálsamo, ni poción mágica para lo que se ofrece. Olo sufres o te alejas de todo con miedo.
«Please Daddy» no es para débiles de corazón, es para luchadores, es para aquellos que han pasado por un infierno y han regresado para contar su historia. Cada dolor de corazón es visceral, cada tono está teñido de dolor.