Al Stewart, escocés de Glasgow a medio camino de la nada, se hizo un hueco importante en nuestras tardes adolescentes con su sexto álbum «The year of the cat», un auténtico bombazo en el año 1976, que le colocó en los primeros puestos de las listas y le hizo vender muchos discos. No era un recién llegado pero le faltaba el éxito para emular a otros cachorros del nuevo folk de las islas, como Donovan o Cat Stevens. Por fin lo había alcanzado.
En 1978 repetiría la jugada con «Time passages«, grabado en Los Ángeles y producido igual que el anterior por Alan Parsons. Con un toque comercial bien medido, apto para todas las radios, y una densidad pop-rock convenientemente rebajada para no molestar, el disco tenía todos los elementos para triunfar en el mainstream y para que los que iban de exquisitos lo miraran por debajo del hombro. La etiqueta «soft rock», muy en boga entonces, parecía inventada para él, y él mismo hacía equilibrios muy peligrosos entre lo sublime y lo irremediablemente hortera.
Lo cierto es que en «Time passages» todas las canciones, de la primera a la última, son muy buenas canciones, escritas con mano maestra, la instrumentación es impecable, y la voz de Stewart pasa de una a otra sin esfuerzo, dibujando melodías que te acarician y te hacen sentir bien. Apenas pisa el acelerador lo justo para no ser multado («Valentina way»), otras veces se recrea en aguas profundas mirando desde la superficie («Life in dark water»), pero nunca sale de ese tempo medio maravilloso en el que nos deja joyas como la que le da el título o «Almost Lucy». Por eso, sin darnos cuenta, algunos llevamos oyéndolo desde que íbamos al colegio, y es que con esta música cuatro décadas pasan volando. Existen discos igual de buenos que «Time Passages» (1978) de Al Stewart…
Escucha «Time Passages» (1978) de Al Stewart:
NO MUSIC. NO LIFE. PLAY IT LOUD, MUTHA! FUCK YOUR SPEAKERS. MAKE ART NOT FRIENDS. MUSIC IS MEDICINE
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