Adiós a Ennio Morricone

Heredero de Richard Strauss emigrado a Hollywood. Su música con aquellos silbidos solitarios, sus guitarras eléctricas llenas de ecos, voces de sopranos fantasmales, o esa especie de surrealismo lleno de polvo. Ennio Morricone emergió su esplendor con su música, como cuando el atardecer recibe la luz de un proyector de cine al aire libre, aportando voces y rostros mayúsculos para el delirio.

Ennio Morricone tenía fama de mala leche, que se lo pregunten a Tarantino y tantos otros. Prolífico, incisivo, fue uno de los símbolos vivientes del cine. Compuso más de 500 bandas sonoras y precisamente fue Quentin Tarantino, quien le rindió homenaje en Kill Bill (2003) y Malditos Bastardos (2009), le daba la oportunidad de ganar un Oscar, después de haber estado nominado en cinco oportunidades. Fue con «Los odiosos ocho» (2016).

En 2007, el compositor había recibido el Oscar a la trayectoria. Ese fue un momento sobresaliente para un trabajo que también fue reconocido con el León de Oro a la trayectoria en el Festival de Venecia, tres Grammy y cuatro Globos de Oro en Estados Unidos, diez David de Donatello de la Academia del Cine de Italia, entre muchos otros. A principios de junio había sido galardonado con el premio Princesa de Asturias de las Artes, en España, junto con su colega John Williams.

Fallece a los 91 años el maestro Ennio Morricone, creador de melodías, bandas sonoras irrepetibles, de tantos spaghetti westerns clásicos. El maestro Ennio Morricone fue responsable de mucho más e influyó para tantos artistas de todos los géneros. Nuestro pequeño homenaje. Descanse en Paz.

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