…’Baby Baby Baby I`m coming home’ canta Bruce Springsteen en los primeros compases del primer corte del disco ‘One minute you’re here (next you’re gone)’, en una declaración en forma de antesala de los derroteros por los que transita el disco, la mortalidad, la perdida y la eterna redención. Si tienes el disco a mano y estàs a punto de tomar alguna carretera que te lleve hasta algún punto por espacio de una hora esperamos que lleves contigo esta joya que a buen seguro hará que disfrutes del viaje.
Letter to you en su conjunto es una carta abierta desde la nostalgia. Por primera vez en mucho tiempo Bruce parece haber dejado atrás los personajes que han colmado sus canciones de historias de lucha, amor, redención, tragedia…personajes a los que de su puño y letra hizo caminar por el alambre de situaciones que en su mayoría para él mismo eran ajenas pero cobraban vida de forma desgarradora. Sin embargo en Letter to you parece que toma partido en primera persona y convierte sus doce cortes en una suerte de homenaje del propio Springsteen a la mejor banda de bar del planeta Tierra, la E Street Band, a su sonido, a sus desaparecidos que recuerda anunciando que la muerte no es el final en el colofón con I’ll see you in my dreams, en definitiva, a todo aquello a lo que el propio Bruce definió como una Hermandad de Sangre, Blood Brothers.
Más allá de las letras apreciamos la nostalgia en el sonido, que en esta ocasión más que en ninguna otra desde el álbum The River vuelve a los orígenes más puros de la banda, a ese en el que el piano de Roy Bittan adquiere protagonismo para ofrecer esas intros que recuerdan a aquellas que abrían muchos de sus clásicos y que aquí se ocupan de hacerlo con temas como The power of Prayer o House of the Thousand Guitars, o al órgano en el que a pesar del buen trabajo de Giordano parece asomar nuevamente el espectro del ‘Phantom’ Dan Federici detrás del Hammond B3. También está Clarence, siempre está el Big Man, reencarnado en Jake para rematar los finales de temas como Last man Standing, Power of Prayer o la poderosa Ghosts.
En la nota de prensa oficial con la que se anunciaba el lanzamiento del disco se informaba de que se grabó en cinco días y con la banda tocando en directo en el estudio que tiene Bruce en su casa, Little Steven lo desmintió al afirmar que en realidad se hizo en cuatro días. Y para muestra de que eso es así llegamos al tercer corte del álbum, Burning Train, un rock and roll directo que cabalga con firmeza de principio a fin con la banda desatada. Aquí tenemos un solo de guitarra ejecutado con fiereza y uno de esos finales con Max Weinberg aporreando sin compasión la batería como haría en directo en temas como My love will not let you down. El disco está interpretado con contundencia, sin artificios, y con las canciones estructuradas a conciencia para lograr la emoción, sí, la emoción, eso que tanto echamos en falta en las canciones de la actualidad, y todo esto ofreciendo protagonismo a todos los instrumentos que se aprecian de manera nítida como no se recuerda, en definitiva una producción de auténtico lujo.
Letter to You contiene tres canciones que Bruce compuso en los años 70, en esos tiempos en los que algunos críticos le quisieron aupar como el nuevo Dylan, qué manías estas, y qué necesidad esa de encontrar al ‘nuevo’. Song of Orphan, Janey needs a shooter y If I was the priest están presentadas de forma brillante, como suspiros de otro tiempo, de otra época, con un aroma a lo mejor de lo que fue la Americana de finales de los 60 y los 70 con Dylan y The Band como grandes inspiradores, en esta oportunidad llevadas al terreno de la E Street Band. Esa armónica en Orphans podría clavarse como una estaca hasta en el espíritu de los más ateos. Una auténtica delicatesen.
‘By the end of the set we leave no one alive!!!’ (para el final del set no dejamos a nadie con vida), cantan Bruce y Steve al unísono en Ghosts, en un momento que emociona por lo que representa ese binomio dentro de la hermandad. La amistad hecha carne y alma, dos amigos que se buscaban la vida siendo adolescentes solo para tener un sitio en el que tocar aunque fuera gratis, un lugar donde juntarse frente a un micro y casi escupirse las notas a las mejillas como en Two hearts, y que ahora parecen cantar no solo para los compañeros que partieron sino que lo hacen con el convencimiento de encontrarse aún rodeados por ellos. Ghosts es un homenaje a los miembros desaparecidos desde The Castiles, la primera banda de Bruce, hasta Clarence y Danny. Así sea, en la Tierra como en el Cielo.
En dirtyrock llevamos unos años debatiendo sobre el protagonismo de Little Steven en la música de Bruce y nos preguntamos qué habría sucedido con la música del Jefe si este le hubiera dejado intervenir más en las estructuras y producción de sus canciones. Lo que nos parece evidente es que en esta ocasión Steve Van Zandt sí ha tenido que ver y mucho en este disco. Steve llegó a decir en tono irónico que odiaba a Bruce porque era capaz de escribir un álbum entero de un día para otro, y Steve es un músico con un oído privilegiado, algo que ya ha demostrado con creces. Nos alegra saber que en este sentido no estábamos alejados de la verdad, a los resultados nos remitimos.
Escucha el nuevo disco de Bruce Springsteen «Letter to you»:
Entrevista a Bruce Springsteen por Zane Lowe destripando el disco «Letter to you» y su proceso compositivo.
Bruce Springsteen regresa con Letter to You, probablemente su mejor disco del siglo XXI, o al menos el más parecido a aquel sonido que lo convirtió en un gigante. Vuelve abrazando sus raíces, con su banda de siempre, en directo en el estudio y cantando como nunca. Aquí nunca hemos menospreciado sus anteriores trabajos, de hecho Western Stars nos parece un disco que si lo firmara Jason Isbell o Tyler Childers o cualquiera de los artistas producidos por nuestro admirado Dave Cobb sería directamente Grammy, pero si miramos atrás, The Rising es un muy buen disco así como lo fue Magic. Devils & Dust es un buen disco en solitario y nos atrevemos a afirmar que el experimento de Seeger sessions es de esas experiencias musicales irrepetibles, que permanecerá para siempre en los corazones del respetable. Me pregunto qué pasaría si las canciones de Letter to you las hubiera grabado sin banda o si la producción estuviera a cargo de Brendan O’Brien como The Rising, Magic o Working on a dream. En tanto que amantes del rock como oyentes todos somos críticos musicales pero conviene a veces mesurar y hacerse preguntas antes de disparar. Seguro que habrá alguno que opine que este Letter to You suena como lo de siempre y no aporta nada nuevo, como si todavía Bruce nos debiera algo, cuando en realidad, hace tiempo que nos lo dio todo.
Bruce Springsteen está por encima del bien y del mal y no muchos músicos se encuentran en ese trono, un artista que ha estado experimentando en la búsqueda de sonidos e influencias que le alejaron de lo que representaba para muchos, pero que quizás le acercaron a quemar etapas o metas que le faltaban por completar como reto personal, y a pesar de que la respuesta fácil la tenía a mano, una vez llegado al cruce de caminos eligió lo que le llenaba como ser humano. Ahora nos regala un brindis a la amistad, un homenaje honesto a los que le han acompañado a lo largo de un viaje de más de cinco décadas, a aquellos que nunca se fueron porque nunca fueron olvidados, a esas voces y espectros que en forma de alma se reivindican desde el más allá al unísono y en armonía, cargando en cofres dorados sus mejores instrumentos, desde los estadios a los pequeños bares de pueblo todos son convocados para unir sus fuerzas desde la lejanía y luchar ‘contra el payaso criminal que ha robado el trono’ porque aún hoy con su fuerza pueden iluminar la casa de las mil guitarras (house of the thousand guitars).
«Letter To You»:
- One minute you’re here
- Letter to you
- Burnin’ train
- Janey needs a shooter
- Last man standing
- The power of prayer
- House of a thousand guitars
- Rainmaker
- If I was the priest
- Ghosts
- Song for orphans
- I’ll see you in my dreams
Texto por Patricio González Machín.