Pasaron ocho largos años y Fiona Apple aquí está con un nuevo disco suyo llamado «Fetch The Bolt Cutters». Desde «The Idler Wheel», nada. Canciones sueltas y ahora tampoco un solo sencillo para promocionar el lanzamiento aunque poco importó. Muchos dicen que es su trabajo perfecto. Que Apple construyó su trabajo más extravagante y simultáneamente cohesivo hasta la fecha dentro de los límites de su estudio en casa.
En sus canciones hay reflexión y contradicción dentro de sus letras que son tan inteligentes y elaboradas, así como una catarsis que se siente a partir de las historias que cuenta de manera experta en varios puntos de su vida. Se denota claramente que se sintió cómoda en la creación y el lanzamiento de este disco de principio a fin, incluso durante una pandemia, lo que hizo que el momento de este disco fuera aún más apropiado y fácil de identificar.
«Fetch» es un álbum sin pretensión de seguir alguna fórmula o revisitar sonidos usuales en su discografía. A lo largo de sus trece temas, en su mayoría compuestas solo por pasajes de piano, teclados y hasta mellotron, percusiones y su voz recitando juegos de palabras sin cesar.
Al final, «Fetch The Bolt Cutters» es una álbum de atmósfera densa, cargada por su genial pop de protesta. Quizás sea necesario escucharlo un par de veces para asimilar el mensaje. En un principio, la línea musical sonará demasiado lineal, repetitiva en ciertas partes. Pero adentrarse en las letras, en su contexto de retratar la agresividad de la vida mundana, alimentan cada segundo.
Fiona de 43 años tiene la piel muy fina, una inteligencia insoportable y un talento prodigioso y eso nunca es fácil. Si los primeros cuatro álbumes de Apple son una ventana a su corazón, una muestra vulnerable de emociones crudas, por desordenadas que sean, «Fetch the Bolt Cutters» es Apple recogiendo los pedazos de su corazón que había dejado atrás. Su voz seductora a lo largo de las trece pistas te atrae y te ruega que la sigas, pero solo si puedes seguir el ritmo, porque está marchando por la vida y esta vez no está dejando un camino claro. El problema para mí, ha sido en que no la he podido seguir, ni tampoco le he podido seguir el ritmo.
