En enero de 1977 David Bowie pública «Low» su undécimo álbum de estudio y el primero de su «trilogía en Berlín» donde se refugió para limpiarse de su adicción a la cocaína. En esa trilogía en Berlín también estaban Brian Eno de los Roxy Music y la producción de Tony Visconti.
El álbum grabado en Francia, marcó un cambio de sonido hacia la electrónica y el ambient, más palpable en sus dos siguientes álbumes, «Héroes» y «Lodger». Ahí se notaba la influencia alemana de bandas como Tangerine Dream, Kraftwerk y Neu! o lo que fue el movimiento Krautrock.
En su huida a Berlín Bowie se llevó a su amigo Iggy Pop con quien compartió apartamento y fue allí donde el Duque blanco co-escribió y produjo el álbum debut de Iggy en solitario «The Idiot». Los ejecutivos de RCA, al escuchar «Low», le escribieron a Bowie una carta rechazando el álbum, aunque según se ve acabaron publicándolo.
Tal día como hoy de 2016 y coincidiendo con su 69 cumpleaños David Bowie publicaba «BlackStar», su último disco, 2 días después fallecía a consecuencia de un cáncer de hígado. Personalmente creo que ha sido uno de los músicos más influyentes e innovadores, yendo siempre un paso por delante, Bowie es al rock lo que Miles Davis al jazz.
Para mí este «Blackstar» fue uno de mis discos favoritos de ese año, donde Bowie vuelve a demostrar que es el puto amo con un sonido oscuro y depresivo que se mueve entre el avant garde, el jazz y un ligero toque de rock industrial (el justo).
«Lazarus» (autoepitafio) y «Blackstar», te agarran de las pelotas y no te las suelta. El sonido perfecto cuando sabes que te vas para el otro barrio.
¡Bowie es dios!
Foto por Koldo Orue.
