Clint Roberts presenta Rose Songs. Con él vemos nacer una prometedora carrera que presenta a Roberts como uno de los nuevos artistas más interesantes de Carolina del Norte. Un trabajo atemporal en el que combina la música de raíces con las complicadas emociones del amor no correspondido. Roberts escribió mucho tiempo sobre las experiencias del amor a distancia. Cuando esa relación se rompió, convirtió su vivencia en canciones y reunió material para grabar este primer disco de su carrera.
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Nacido en Brevard, un pequeño pueblo de 6000 habitantes, a los 14 años, Roberts empezó tocando el ukelele. Más tarde, se unió a The Fox Fire, una banda tradicional, esta vez tocando el banjo. Con ellos giró por los circuitos regionales de Carolina del Norte y Colorado, antes de que Roberts dejara la formación a los 20, cambiara el banjo por la guitarra y comenzó a presentarse en solitario.
«Siempre he sido y seré un montañés. He vivido en el oeste de Carolina del Norte durante el 90% de mi vida y las montañas son profundamente inspiradoras y meditativas para mí, perfectas para traer ideas líricas o canciones a mi mente»
The Drifter es un tema detallista y cuidadosamente elaborado, lo que permite que los oyentes se sientan como si estuvieran en la misma habitación que ese amor no correspondido. En contraste, Nero’s Waltz es una canción política irónica que cobró vida cuando Roberts rimó «Hallelujah» con «What’s it to ya?» No es que esté inspirada específicamente por el presidente saliente de los USA, pero encaja mejor en su orondo cuerpo que muchos de sus trajes. Y podría cantarlo él ahora que está retirado, pues se canta desde la perspectiva engreída de los privilegiados. Destaca también Nothing Left To Say, sobre alguien que apuesta todo lo que tiene en un sueño, sin saber si se cumplirá o no.
Roberts construye meticulosamente sus letras. Chrysalis, por ejemplo, estuvo cinco años dando vueltas y reescribiéndose en su libreta. Esa atención por los detalles es evidente a lo largo de Rose Songs. Con una producción ajustada y muy clásica, fruto posiblemente de la manera de trabajar de Clint. El bueno de North Carolina suele tocar en directo como un one band man, tocando el bombo, la pandereta, la armónica y la guitarra.
Clint grabó el álbum en Ocean Way, estudio situado en Nashville bajo la dirección de Ben Fowler (Eric Clapton, Rush, Lynyrd Skynyrd, Meat Loaf,…). El veterano productor consigue dotar a las canciones de un ajustado sonido, que se sitúa entre el roots rock y el folk contemporáneo. sin duda, una gran experiencia para un debutante Roberts describe las sesiones como la experiencia más profunda que ha tenido en su carrera hasta ahora».
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