Los que me conocen saben que no soy asiduo a la polémica y si al respeto y a veces a la indiferencia por respuesta. Pero al salir del concierto me pregunté: toda la gente que se queja de que no se celebran conciertos, y que resaltan que hace un año que no acuden a ninguno, ¿no han pensado en salir de su zona de confort y probar nuevas propuestas. ¡No solo de sudoroso RnR de guitarras vive el hombre!
Por suerte y supervivencia ,y aunque no al ritmo que querríamos ,la cultura (casi) no ha parado, y se han sucedido excitantes proyectos que a lo mejor hubieran quedado sepultados en una sobresaturada programación habitual. Conocía, pero poco, al dúo catalán. La expectación ante la gestación y salida de su segundo larga durada, “Clamor”, se tornó en asombro y exultante aceptación al recibirlo. Ese triple salto mortal evolutivo me convenció en disco, pero su traslación a las tablas me dejó en shock.
Segundo álbum, pero con una trayectoria más que consolidada, Arnal y Bagés van sobrados de confianza. Saben que su LP es muy bueno y dominan totalmente el tempo del espectáculo. Un espectáculo cimentado en la portentosa voz de Maria, un auténtico muro del sonido perpetrado por Bagés y David Soler (este último a su vez productor de sus dos discos), las tan maravillosas como infalibles voces de Helena Ros y Marta Torrella (si podéis investigad su interesantísimo proyecto polifónico Tarta Relena) y un juego de luces que resalta la emoción que se vive encima de las tablas.
Abrieron con “Milagro” y “El gran silencio”, destacando el contundente y cristalino sonido de todo el conjunto. “Cant De La Sibil-la”, a capela, desató lágrimas de emoción entre el público (entre los que por supuesto me encuentro),y el crescendo de “La gent” desembocó en una efusividad general que hacía tiempo que no vivía : un momento difícil de describir. “Ball Del Vetlatori” sirvió de claro ejemplo de cómo fusionan tradición y modernidad, y con “A la vida”, de Ovidi Montllor, Arnal volvió a demostrar que juega en la liga de las más grandes ,de esas que se atreven a todo con la seguridad solo reservada a muy, muy, pocos.
Colaboración del público en “Canción total”, presentaron por primera vez en directo la unión de “Polifonia CDG” (de su primer EP) con “D’ençà que ella partí” de Toti Soler y la exhibición sónica se apropió de “Tras de ti”. La rítmica “Tú Que Vienes A Rondarme” sonó a single infalible y global, y cerraron con “Fiera De Mí”.
Los bises resaltaron la evolución electrónica del dúo, con “Meteorit Ferit”, “Ventura” y la progresiva “Jaque”. Insaciables investigadores de la tradición oral, Maria Arnal y Marcel Bagés te atrapan con su música , totalmente libre de ataduras y etiquetas. Qué difícil es emocionar sin exagerar, llegar a lo más hondo sin engañar. Y es que la prodigiosa voz de Maria te transporta, sin típico ni tópico, a un lugar conocido y por descubrir, cercano y lejano, claro y oscuro, pero siempre rebosante de emoción.
Fotos por Emma Barrios.
