El 18 de octubre de 1974 sepublicó «It’s Only Rock’n’Roll» de los Rolling Stones. El disco supone el final de una etapa al ser el último de Mick Taylor en el grupo. Último y subestimado gran disco de una racha de álbumes setenteros impresionantes, aunque ya con Ronnie Wood se sacaron también de la manga «Some Girls» y «Black and Blue». Drogas, excesos, matrimonios fracasados, exiliados fiscales, a mediados de los setenta suponemos que fue un milagro menor que alguno de ellos todavía respirara, corpus mentis y mucho menos sacando obras maestras para doncellas ladrando. Aunque tal vez no se reconozca como tal, este es probablemente el mejor momento de Mick Taylor con la banda.
«It’s Only Rock’N’Roll» es un álbum magnífico. No está dotado de la riqueza sonora de «Sticky Fingers» o «Exile On Main Street», ni de la ferocidad de los primeros álbumes. La auto producción es sofisticada pero dura. Hay algunos efectos, muy mesurados, nada exagerados. Lo que realmente surge de este álbum es una inmensa melancolía. Como si los cinco músicos estuvieran al borde de un precipicio.
O mejor dicho en esta cumbre de excelencia, y que el siguiente paso era el del vertiginoso descenso. Todos están personalmente perturbados. La magia del rock’N’roll no fue suficiente para borrar las heridas: drogas, divorcios, alcohol, soledad, presión, dinero, etc,. Eso es lo que hace que «It’s Only Rock’N’Roll» sea tan hermoso: es un álbum de rock puro del que rezuma el dolor de la vida.
Los Beatles siguieron siendo héroes, mientras que los Stones posiblemente estaban en el proceso de vivir lo suficiente como para verse a sí mismos convertidos en villanos. Existen discos igual de buenos que «It’s Only Rock’N’Roll» (1974) de The Rolling Stones, pero no mejores… ¡¡Discazo de pe a pa!!
NO MUSIC. NO LIFE. PLAY IT LOUD, MUTHA! FUCK YOUR SPEAKERS. MAKE ART NOT FRIENDS. MUSIC IS MEDICINE
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