Después de tener que aplazar su celebración dos veces debido a la pandemia, por fin se pudo llevar a cabo a la ansiada edición 2021 del Festival Fonrock en Pamplona. Cartel compuesto por los californianos The Hangmen en cabeza de cartel, secundados por la banda getxotarra/floridean Dead Bronco y los locales Los Ácidos. Por cuestiones de aforos, distancias sociales y demás se trasladó la ubicación desde el interior de la sala Zentral a la vecina plaza de los Burgos.
A media tarde con el sol todavía demasiado alto calentaron motores Los Ácidos. Banda de Pamplona formada en la escena underground local a mediados de los 90’s con una corta carrera que creó cierto mito en la ciudad. Para esta nueva reunión del grupo se refuerzan con Olaia Bloom (Culebras, The Mani-Las) a la guitarra e Íñigo Cabezafuego al teclado. Su propuesta garagera y juerguista (valga la redundancia) es seguramente más disfrutable en un garito más oscuro, sudoroso y paretado que en una plaza a pleno sol sentados en mesas, pese a lo que lograron caldear el ambiente hasta tal punto que saltó alguna alarma por la zona.
A continuación, la banda de Matt Horan, Dead Bronco presentaba su última formación en cuarteto en la que la fusión del country con el metal extremo se decanta esta vez más por lo segundo que lo primero, al revés de como comenzó sus andanzas la banda. Matt Horan anunció que en adelante sacará un nuevo proyecto llamado Country As Fuck centrado en los sonidos más clásicos de country por lo que parece que la marca Dead Bronco seguirá por derroteros más metaleros. Habrá que estar atentos a sus próximos pasos.
Cayendo ya la noche en la ciudad, salen a escena The Hangmen y desde el minuto uno dejan claro que no van a dejar prisioneros. Con sus dosis de Hi Energy, R&R sudoroso y punkrock aquello suena como una apisonadora. Los temas se enlazan casi sin descanso con un Bryan Small en muy buena forma y un Jimmy James dejando claro que es uno de los mejores guitarristas del género. Angelique Congleton y Jorge Disguster aportan una base rítmica muy contundente, resultando todo en un desparrame de aquello que tanto echábamos de menos.
Un comienzo en el que enlazan Last Drive, I’m Your Man, Train a todo trapo para dar una pequeña tregua con Rotten Sunday y Cactusville. My Way vuelve a apretar a fondo el acelerador y Bent será uno de los mejores momentos de la noche con su crescendo. Pese a los esfuerzos de los encargados de la seguridad por mantener a la gente sentada en sus asientos, al final del show aquello ya era incontenible y hasta aquéllos terminaron moviendo el esqueleto en primeras filas.
Para los bises Lookin For Blood, Coal Mine, Russian Rulette y Broke Drunk & Stoned son un fin de fiesta por todo lo alto que se convierten en una celebración de la vida, en el final de esa pesadilla que hemos vivido en los últimos tiempos, con puños y vasos al cielo y abrazos por todas partes. El R&R como catarsis. Nos dio la vida otra vez.
¡Larga Vida al FonRock!
Fotos por Nacho Cordero.
