Nos desplazamos nuevamente a Holanda tras el parón y aún con la pandemia a Holanda para acudir a la 23ª edición de TakeRoot festival en Groningen el pasado 6 de noviembre. El festival anual más importante de Americana y de música estadounidense raíces, presente pasada y futura.
Un cartel más que imponente donde se darán cita nombres como Howe Gelb, Jesse Malin, Courtney Marie Andrews, Garrett T. Capps & Los Rippers, Israel Nash, Black Lips, Native Harrow, Malford Milligan, Diana Jones, Adrian Crowley, Holly Macve, Don Dilego, Judy Blank, Luka Bloom y muchas más joyas ocultas por descubrir, después de su anterior edición celebrada dos años antes con nombres como A.A. Bondy, Caroline Spence, Cedric Burnside, Drive‐By Truckers, Erin Rae, Garrett T. Capps, Lera Lynn, Lilly Hiatt, Molly Tuttle, Orville Peck, Robert Ellis, Senora May, Son Volt, The Delines, The Long Ryders, The Quaker City Night Hawks, The Rails, y Tyler Ramsey entre otros.
Debido a la pandemia el festival tuvo que dejar su zona habitual el Oosterpoort, en antiguo barrio portuario, al sur del centro, donde concentra la oferta cultural alternativa, sobre todo en lo que se refiere a la música y la vida nocturna, para presentar sus conciertos, dieciocho, el pasado sábado 6 de noviembre en seis ubicaciones: Stadsschouwburg, Grand Theatre, Vera, Huize Maas, Der Aa theatre y la Iglesia Luterana.
Antes de desplazarnos hacia Groningen, ciudad situada al norte de los Países Bajos, pernoctamos en Ámsterdam y nos pasamos por la legendaria sala Paradiso para ver a uno de los grandes, Thurston Moore y su banda, en una abarrotada sala y sin mascarillas.
Moore, después de liderar a un buen puñado de bandas punk durante su adolescencia a mediados de los años setenta a centrarse en uno de los proyectos más disruptivos y vanguardistas de la historia durante más de treinta años como un engrane protagonista de Sonic Youth, el especialista de la guitarra se paseó por Ámsterdam dejando momentos más que increíbles. Los neoyorquinos rompieron las bases del punk-rock para acomplejar todo con capas y capas de guitarras distorsionadas. Una auténtica gozada.
Este año, los organizadores del Take Root Festival demostraron de manera ejemplar cómo se puede organizar un festival de un día, aún saliendo de la pandemia, en diferentes localizaciones, con una planificación precisa del tiempo, logística sofisticada y flexibilidad de planificación sin pérdidas significativas por fricción y factores de estrés forzado.
Aunque era imposible para ver todos los conciertos, los flujos de audiencia se igualaron en cada una de las salas, todas abarrotadas, ya que finalmente tuvo que decidirse por uno de los mismos cada vez que arrancaba alguno.
El festival TakeRoot siempre es una clara señal de que el verano ha terminado. Los soleados festivales al aire libre dan paso a la temporada de pequeñas salas, pero este grandioso festival pretende mostrar una visión general de la mejor música americana. Cantautores, bandas de country rock, trovadores folk, que recordaban a los grandes pioneros como Emmylou Harris o Patti Griffin en lugar de unirse a la escena comercial de Nashville (que se ha convertido más en una elegante fábrica de pop en estos días), siempre ceñidos al enfoque clásico de los narradores de historias de la vieja escuela, orientado al folk. como las grandiosas actuaciones de Courtney Marie Andrews y Native Harrow.
Acojonante la actuación del tejano Malford Milligan y su bandón The Southern Aces. Nos metieron durante más de una hora en ese vagón de la rendición, el soul, y el rhythm & blues tejano y el alma de Asbury.
Sensacionales Black Lips en el TakeRoot Festival. Desorden, anarquía llevada temazo tras temazo a modo de galope bastardo y salvaje en los que los de Atlanta dejaron a un lado el punk, garage y el psychobilly para instalarse en sonidos dylanianos y más campestres como el country y el western soul. Fabulosos como en su último disco.
Para recordar también en el TakeRoot festival la actuación de Jesse Malin presentando su último trabajo “Sad and Beautiful World”, y una excelente colección de canciones que, como siempre, buscan informar pero, en última instancia, entretener y ponerte a bailar.
Malin contó iqueña noche constantemente historias del mundo que nos rodea a todos, planteado preguntas importantes y reflexionado sobre su propias experiencias de vida.
Así que no es de extrañar que muchas de las letras de Jesse se relacionen con nuestra propia vida cotidiana y estén constantemente imbuidas de un sentido de esperanza y la actitud mental positiva que siempre ha tratado de inculcar en todos los que asisten a sus conciertos. PMA (Postive Mental Attitude) ¡siempre!
Imposible ver esa noche a Howe Gelb, y del que ya habíamos dado cuenta dos años antes con entrevista con el norteamericano desde el escenario, y a otros tantos artistas debido al solapamiento de horarios y lluvia aquella noche, habiendo presenciado la actuación mágica de Israel Nash esa noche, valió la pena sacrificar algunos de los otros conciertos.
La mejor actuación de Israel que le he visto hasta la fecha en directo (pendiente su actuación del Azkena el próximo 2022), y han sido unas cuantas. Canciones y directo que transportan a una habituación llena de humo, sin humo en algún otro tiempo.
La voz de Israel Nash proyecta esas historias en una sala medio vacía de un bar provincial en algún lugar del oeste de los Estados Unidos, y estás sentado allí deseando que haya una persona amable al otro lado del bar sirviéndote otro whisky. Israel Nash acabó entre el público y centro de la sala para interpretarnos dos temazos en acústico como «Rolling On» y el clásico de Bob Dylan «I shall be released».
El fin de fiesta llegó con el propio Doug Sahm de San Antonio. Garrett T. Capps y sus Nasa Country, el líder de una versión del siglo 21 de los poderosos Texas Tornados, impulsado por una fuerte sección rítmica y un sintetizador que nos transportó a otra dimensión.
Con un Israel Nash emocionado como cada uno de los artistas y bandas en esta edición un tanto extraña del TakeRoot festival debido a la pandemia. Es el festival TakeRoot el mejor lugar de Europa para los entusiastas de la Americana de mente abierta que no creen que la música country sea para las personas que se casan con sus primos. Cada uno a su manera lo dio todo y expresó ese volver a sentir esa conexión con el público a través de la música. Inenarrable. ¡Larga vida al TakeRoot Festival!
Fotos y vídeos: Carlos Pérez Báez.
Playslist con vídeos del TakeRoot Festival 2021:
