Existen discos igual de buenos que «Harvest» (1972) de Neil Young, pero no mejores…

Neil Young publicó «Harvest» el 1 de febrero de 1972. Cuarto álbum de estudio de Neil Young, después de que los miembros de Crosby, Stills, Nash & Young se separaron en 1970, Young reclutó a un grupo de músicos de sesión country (a los que bautizó como The Stray Gators) El disco fue un gran éxito con temazos como «Heart of Gold», «The Needle and the Damage Done» himno y lamento por los grandes artistas que habían sido adictos a la heroína, «Alabama», «Words (Between the Lines of Age)», «Are you ready for the country?», «Out on the Weekend», «Old man», etc. Obra maestra absoluta. Fue el álbum más vendido de 1972 en los Estados Unidos.

Young forma una banda, los Crazy Horse, Caballo Loco, cuyos integrantes se convertirán en sus inseparables compañeros y con ella, en 1972, edita Harvest que cuenta, además, con el aporte de James Taylor y Linda Ronstadt a los coros.

El disco es una acabada muestra del potencial de Young: no hace un corte abrupto con su antecesor, pero, a despecho de los puristas rockeros que le piden más alaridos a su guitarra, se sumerge en arreglos de vientos y cuerdas, como si ellos quisieran sublimar lo que antes su guitarra punzante devolvía como golpes ciegos al aire.

Esa actitud, sin embargo, no le impide atacar con cínico acierto la intervención de su país en Vietnam en “Are you ready for your country”, ni tampoco dejar pasar la masacre de estudiantes universitarios que se oponían a esa guerra en “Alabama”. Aconseja dejar de lado las jeringas y la droga al ver cómo la guadaña de la muerte se lleva, uno a uno, a sus amigos intoxicados. «Harvest» es éxito de ventas y crítica y es elegido, otra vez, como mejor disco del año.

Con este trabajo Young afianza la matriz de lo que será su individualidad como músico y deja por sentado que no desea formar parte de la gloria al que todas las compañías ciñen, más tarde o más temprano, en su panteón de los muertos vivos, a sus “consagrados”. Reniega del marketing que se le abre como un cántaro salvador para su carrera y se aboca a desplegar su paso por la música como una estrategia de supervivencia y de creación. Irá por ese camino a los tumbos, a veces cansado, otras como un caballo loco que arremete ciegamente contra el viento y otras veces pasta tranquilamente en la pradera, esperando que pase el mal momento.

Da la sensación de que el tipo no está en pose. Al igual que su guitarra, él es simplemente un instrumento de algo superior. El mismo alguna vez ha definido su tarea como la de ser, simplemente, “un constructor de cosas hermosas y bellas”. Cuando no es una estrella de rock, Young ayuda a los campesinos, colabora en la beneficencia. Sin embargo su maldita furia, su endiablada parquedad no desaparecen: viene de antes de todo, de aquellos tiempos de Bufallo Springfield en los que Young era apenas otro joven iracundo ante un sistema impiadoso. ¡Que se lo digan a los de Spotify!

NO MUSIC. NO LIFE. PLAY IT LOUD, MUTHA! FUCK YOUR SPEAKERS. MAKE ART NOT FRIENDS. MUSIC IS MEDICINE

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