Sarah Shook & The Disarmers publican Nigthroamer, el disco con el que deberían saltar a una liga superior. Para ello, se han puesto en manos de Pete Anderson, conocido por su trabajo durante muchos años como guitarrista y productor de Dwight Yoakam. Nightroamer es una colección de 10 canciones escritas por Sarah, que analizan detenidamente las relaciones humanas, algo que siempre ha sido su tema favorito. El disco se publica en Thirty Tigers, un sello que se está convirtiendo en una disquera de referencia. The Disarmers siguen manteniendo su formación habitual: Eric Peterson (guitarra solista), Aaron Oliva (bajo), Phil Sullivan (pedal steel) y Will Rigby (batería). En esta ocasión, cobran protagonismo los teclados, que toca Skip Edwards.
Escucha Nigthroamer de Sarah Shook & The Disarmers aquí:
Sarah Shook & the Disarmers han evolucionado mucho en estos cuatro años de silencio. Empezaron sufriendo los problemas de Bloodshot Records, lo que les dejó en una posición complicada. En su biografía, Sarah siempre ha sido una inadaptada, y no ha dejado de luchar contra depresiones y adicciones, Ella, escribe y canta sobre todo eso, sin remordimientos. De todas formas, ahora mismo atraviesa una buena racha. Sarah dejó la bebida y se enamoró. Está en el mejor momento de su vida y eso se nota en un disco en el que suena menos enfadada con el mundo. También, según reconoce, puede ser que dejar la bebida haya mejorado su voz.
Nightroamer es, en realidad, una nueva vuelta de tuerca a su estilo característico, aunque con nuevos sabores en su coctelera. Realmente, choca bastante que ya en el primer tema haga uso del autotune. Un medio tiempo que podría pasar por un hit de Sheryl Crow, Somebody Else. Una típica canción de corazones rotos: «Puedo contar los días en que fuiste amable con una mano», donde Shook empatiza con las que serán las próximas víctimas de su ex.
Otra canción dolorosa es It Doesn’t Change Anything, en la cual Sarah se acerca a sus demonios: «El diablo en tu hombro es tu único amigo / se sienta para recordarte que todas las cosas buenas llegan a su fin». Aparecen botellas y agujas, lo que hace que «cada día sea un infierno». Fantástico el duelo entre la guitarra de Peterson y el pedal steel de Sullivan, uno de los grandes momentos del disco. Las canciones de Shook, incluso las más tristes, siempre están respaldadas por una de las mejores bandas en vivo en el negocio; es por eso que deseamos ver estas canciones en directo, donde crecen hasta el infinito.
Las dos canciones que Sarah compuso en el último momento son las que menos encajan en el contexto. Sorprende escuchar I Got This, con un enfoque pop y el acompañamiento de una batería funky, una cancioncilla indie demasiado alejada de los Disarmers y que está fuera de contexto. ¿Era necesario? Been Lovin’ You Too Long podría haber sido un hit alternativo en los 90s. ¿Ecos de Smashing Pumpkins? Pues sí, hay un cierto aire en las guitarras que nos llevan a Mellon Collie…
Talkin’ To Myself juguetea con el punk-pop, mientras If It’s Poison vuelve a sacar las mejores esencias de la banda tal y como la conocimos. También el primer sencillo del álbum, No Mistakes, todo un himno de bar. El álbum termina con Talkin’ to Myself, al estilo de Tom Petty, que muestra a Shook y la banda en todo su esplendor y nos deja con un buen sabor de boca. Un buen trabajo a pesar de ciertos experimentos a mi juicio fallidos.
El disco fue acabado días antes de que la pandemia cerrara el mundo. Para Sarah, quien acostumbraba a pasar 150 días del año en la carretera fue un cambio radical, que aprovechó para crecer personalmente. Anunció por fin en público que era no binaria, algo que había arrastrado toda su vida. Un peso al que de alguna manera culpa de sus adicciones.
“En cierto modo, ya me siento bastante distante de estas canciones, en cuanto al crecimiento personal que he logrado en los últimos dos años. Una vez que me di cuenta de que no íbamos a girar en un largo tiempo, me lancé a luchar por una mejor salud física y mental para mí. Y eso ha sido algo realmente genial”.
En los dos años transcurridos, Shook logró mantener la sobriedad y buscó mecanismos para alejarse de los vicios. Uno de ellos, por supuesto, es la composición de canciones. Shooks dice que ya tiene planes para el cuarto disco con The Disarmers. Además, tiene otro repertorio compuesto durante el confinamiento que van a ver la luz en su primer álbum en solitario, Nightmare, donde quiere experimentar con el indie rock.